Gallina que come huevo…
Gallina que come huevo, aunque le quemen el pico, reza el acertado dicho. Le cae como anillo al dedo a Iván Julio Kamisaki Sotomayor, de 65 años. La trayectoria de este capitán en retiro de la Policía Nacional, experto en espionaje electrónico, constituye un caso de Ripley y de estupidez nacional, lamentablemente. Fue asesor de Adrián Villafuerte, hombre clave de inteligencia durante el gobierno de Ollanta Humala (a) “Cosito”. Su historia es muy rocambolesca. En 2012, Kamisaki fue designado como integrante del proyecto ‘Pisco’, a cargo de su exjefe Víctor Gómez Rodríguez, exdirector de la Dirección Nacional de Inteligencia (DINI). Su misión era la compra de equipos de ‘chuponeo’ (interceptación telefónica, ‘que le dicen’) para la DINI. Evidentemente, la orden provino del expresidente Humala. El misterioso capitán Kamisaki se dio su vueltita por Brasil y Praga, presentando un informe que no servía ni para comprar un chicle. Sin embargo, Gómez Rodríguez y Kamisaki se lanzaron por la libre y adquirieron equipos de ‘chuponeo’ a una empresa israelí a la que se le pagó, sin haberse elaborado un proyecto para tal compra.
Gómez Rodríguez, Kamisaki y la compañía están siendo investigados por la Fiscalía, que, como sabemos, demora una vida en resolver esos casos. Pero este asunto de Ripley continúa. Kamisaki sigue metiendo uña en las arcas fiscales. ¿En dónde? En la DINI. Aunque usted no lo crea, el gobierno de Dina Boluarte lo nombra jefe del gabinete de asesores de ese organismo. ¡Patapúfete! En lo que parece ser una afición compulsiva, Kamisaki vuelve a comprar equipos de inteligencia, según el congresista Fernando Rospigliosi y, por supuesto, lo hace discrecionalmente, sin rendirle cuentas a nadie. Comprenderá el lector que el presidente de la República no examina el file de cada funcionario público. Responsabilizar a Boluarte de su nombramiento es incorrecto. Si tiene ese cargo en la DINI es porque el jefe de esta importante institución, el almirante (r) Luis Máximo García Barrionuevo, confía en Kamisaki y le importa un pimiento su torcida trayectoria.
Por cierto, la DINI maneja aproximadamente 30 millones de soles anuales y no le rinde cuentas absolutamente a nadie. Lo permite una ley impulsada por el congresista, almirante (r) José Cueto. La inteligencia es clave para todos los países, pero es especialmente vital para el Perú, que tiene todas las plagas: subversión, narcotráfico, minería ilegal, trata de personas, etc. La DINI no puede ser un enclave de poca transparencia. La presidenta Boluarte sí puede remover inmediatamente a Kamisaki, sin esperar más. Ha nombrado director ejecutivo de la DINI a un oficial de la Policía honesto y profesional, exjefe de DIRCOTE, el coronel (r) Max Anhuamán, y debería replicar esa decisión en todo el Estado. Las investigaciones fiscales contra Boluarte son débiles y se caerán, debería aprovechar esto. La mandataria repite que su gobierno no es corrupto; destituir a Kamisaki sería una manera de demostrarlo.
El Congreso no debe lavarse las manos en este desaguisado. La Comisión de Inteligencia tiene que investigar. Poco hace y se ha convertido en un ente burocrático que perpetúa la corrupción. Montesinos, Villafuerte son personajes de inteligencia siniestros. Pero Kamisaki se lleva la palma de oro por dupletear, estando siempre cerca del dinero. El gato de despensero. Por el bien del país solucionemos esto ya.
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