Gobierno en el Sendero
Desde el primer día de su “gobierno”, Pedro Castillo actuó de espaldas a la transparencia. Prueba de ello son los cuatro días en que despachó fuera de la sede de palacio sin rendir cuentas a nadie. Fueron días que encierran una incógnita sobre con quién y para qué se reunió. No es novedad que el mandatario actúa entre sombras y renuente a los justificados cuestionamientos que la prensa local realiza a su gestión.
El delirante propósito de la refundación del país a través de la asamblea constituyente lo mantiene absorto. Su constante renuencia a dar declaraciones a la prensa y el excesivo mutismo ante situaciones conflictivas en su gobierno evidencia que no solo es un tipo carente de ideas y nada asertivo; es también alguien que responde a un propósito reñido con los intereses de la nación y la democracia interna. Debe ser por ello que, al ser confrontado por alguna inconsistencia, Castillo desaparece del escenario político inmediatamente.
Se trata de un “presidente” inerte, que encarna un gobierno sombrío y hostil de cara a la libertad de prensa. Un mandatario que persiste en mantenerse al margen de la coyuntura política y de los serios cuestionamientos a su denostado Gabinete. Pero Pedro Castillo tiene momentos de “lucidez” y extroversión. Desafiante él, se coloca el sombrero por delante e inicia una absurda ronda de sugerencias estrafalarias, dirigida a detractores y “adversarios”. Bravuconadas estériles como el “debatir en el Vraem y sin zapatos” son ocurrencias del SPR que hacen de éste un gobierno peligrosamente circense.
Esto trasciende de lo risible a lo peligroso cuando caemos en cuenta que existen personajes vinculados al Movadef, al Conare y demás grupos de fachada de Sendero Luminoso rodeando al dignatario de turno. Con Bellido como premier, las simpatías al senderismo y los vínculos con los Quispe Palomino son innegables. La oscura presencia del actual ministro de Trabajo -vinculado con atentados terroristas en Ayacucho- y las furtivas visitas de miembros del Movadef al Ministerio de Vivienda, a la PCM y al propio Palacio de Gobierno, nos dan la certeza de que Sendero Luminoso influye en el poder. Pese a los tuits que niegan dichas conexiones, tales visitas se han desarrollado en forma recurrente a instalaciones de diversas entidades públicas en lo que va del gobierno de Castillo.
Los nombramientos hartamente cuestionados en diversos ministerios y en la propia Dirección Nacional de Inteligencia (DINI) dejan al Perú vulnerable y expuesto. El silencio de la representación nacional en el Parlamento radicaliza las manifestaciones en las calles.
A esto se suma la noticia de la muerte del mayor genocida en la historia del Perú, Abimael Guzmán. Millones de peruanos y numerosas autoridades solicitan corroborar su deceso para despejar cualquier sospecha de que el sanguinario terrorista aún continúe con vida. Esto es perfectamente entendible pues el país ha quedado expuesto y a merced del senderismo. Aún con la confirmación de la muerte de Abimael Guzmán, su febril y demencial ideología ha logrado calar en las altas esferas del gobierno que hoy controla el poder.
¿Estamos preparados para recuperar el país? Es una pregunta válida para quienes conocemos la historia y el peligro que acarrea no compartirla con las nuevas generaciones. Poner en evidencia el enfermizo ideal de Abimael para combatirlo en Sociedad -pese al actual gobierno- es una obligación.
Planteémonos ello y pongámonos a trabajar.
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