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Yorry Warthon

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Cuando se insiste en el mismo error o no hay intención de enmienda, podemos afirmar que intencionalmente se busca la crisis. Esto se puede concluir después de casi siete meses del ya fallido gobierno de Pedro Castillo. Gobierno que bate récords y genera vergüenza internacional por su falta de capacidad y nula articulación con las fuerzas políticas y demás sociedades civiles.

Quien postule para ocupar la gerencia general de un banco debe tener, cuanto menos, un plan eficiente que asegure la buena marcha y crecimiento de la entidad financiera. Si, una vez en el cargo, comete error tras error y confiesa que jamás estuvo apto para el puesto, ¿podría alguien cuestionar su inmediato despido?

Claudicar ante la horda de corruptos jamás debe ser una alternativa para quien se precia de amar a la patria. Se puede colisionar contra una cúpula de adictos al poder. Puedes enfrentarte a un grupo de criminales y quedar expuesto ante el sistema interno. Pueden avasallarte “cuartos de guerra” que se asocian para detener iniciativas que amenacen con ponerlos en la sombra y relegarlos.

Un rosario de episodios con elocuentes indicios de corrupción envuelve al actual “gobierno” de Pedro Castillo. Las permanentes investigaciones y destapes periodísticos de cómo se desarrollaría el tráfico de influencias al interior de Palacio de Gobierno, da la vuelta al mundo. Aquí, en Perú, la fiscalía ni se inmuta.

El gobierno de Castillo hace poco cumplió cien días desde que asumió la conducción del país, pero parece que hubieran transcurrido años.

Han pasado más de dos meses desde que Pedro Castillo asumió la presidencia de la República, y el desgobierno se evidencia cada día que transcurre.

Que Pedro Castillo tiene aversión a la prensa es un hecho ya innegable. Ello, aunque sus más entusiastas defensores desplieguen esfuerzos por afirmar lo contrario. Desde el inicio de su gobierno, el actual “gobernante” se encargó de marcar la pauta de cómo sería su relación con los medios de comunicación.

Desde el primer día de su “gobierno”, Pedro Castillo actuó de espaldas a la transparencia. Prueba de ello son los cuatro días en que despachó fuera de la sede de palacio sin rendir cuentas a nadie. Fueron días que encierran una incógnita sobre con quién y para qué se reunió.

Durante la década del ochenta y parte de los noventas al escuchar el nombre “Sendero Luminoso” se despertaba entre la población el temor y un genuino desprecio por todo lo que significaba ese grupo terrorista fanático liderado por un delirante Abimael Guzmán.

El país fue avisado pues nunca ocultaron sus verdaderos planes. Aunque la siempre “diligente” y perversa izquierda caviar quiso dorarnos la píldora en la campaña por la segunda vuelta y vendernos la idea de que el partido político Perú Libre sería un gobierno de centro izquierda y concertador. Ingenuidad en estado puro.

Protestas y múltiples manifestaciones en Cuba han dejado víctimas mortales, detenidos y desaparecidos. “Han sido secuestrados, torturados y masacrados”; narra una habitante de la isla, cuyo testimonio se filtra “clandestinamente” vía Twitter.

¿Qué si los agentes internacionales conocen sobre las múltiples razones de la putrefacción que emana el proceso electoral a puertas del bicentenario en Perú? Pues, sí. Lo saben. Hemos mostrado al mundo señales de resistencia a la toma de poder y conquista comunista desde este lado del planeta.

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