Gratitud eterna a quienes burilaron nuestra libertad
Mañana lunes, 28 de julio, es día de la Patria y, cumplidos 224 años de independencia, corresponde renovar nuestra gratitud eterna hacia nuestros próceres, héroes, estadistas y visionarios que burilaron nuestra Nación y fraguaron la libertad que poseemos.
Y en un mundo que se mueve y cambia a mil por hora, emerge el impresionante desafío de fraguar el futuro y de corresponder, persistentemente, con el legado que dejaron nuestros ancestros: independencia, progreso, vivir en paz y bienestar general.
De allí la importancia del mensaje que ofrece mañana lunes en el Congreso de la República la presidenta Dina Boluarte, de quien muchos pensaban que su gobierno caería en cualquier tiempo y que no llegaría a leer su último discurso presidencial.
A propósito, muchos piensan que, eliminando referencias y la numeración de datos irrelevantes de todo el quehacer burocrático, el discurso debe estar constreñido a la realidad concreta, a temas trascendentes y de alto impacto social. Esto porque el deber de un mandatario es resaltar lo útil que corresponde de una gestión y así generar credibilidad e insuflar nuevos vientos. Además, no olvidemos que la brevedad debidamente empleada es oro.
Por aquello de que “Dios es peruano”, el contexto político en que se presenta es favorable. La confianza empresarial empieza a brotar, los mercados se mueven, la capacidad de gasto aumenta, las necesidades relegadas se recuperan. En suma, la macroeconomía demuestra crecimiento, hay metas alcanzadas y procesos en plena ebullición.
La paridad del poder de compra para el sol peruano es sólida con relación al dólar. En las zonas fronterizas de Bolivia y Brasil su demanda es mayor que las monedas locales, hecho que genera orgullo nacional por ser una realidad económico-financiera internacional. Sin duda, buen trabajo del Banco Central de Reserva, respetado por su independencia y admirado a nivel global. No solo custodia el control de la inflación, que tanto afecta a los menos favorecidos, sino que mantiene las RIN sobre los 82 mil millones de dólares.
En el ámbito macroeconómico: el PBI podría culminar este año en 3,5 % y las agroexportaciones baten récords (suman US$ 3 600 millones en el primer cuatrimestre de 2025). Junto con la minería y la inversión de millares de millones de dólares, aseguraría ubicar al Perú como primer productor mundial de muchos metálicos y no metálicos. En otra orilla, a diferencia de otros quinquenios, la balanza comercial es positiva, como lo es la balanza de pagos.
Empero, no todo es color de rosa. Hay espinas, como la guerra arancelaria del presidente estadounidense Donald Trump, que genera incertidumbre y nubarrones. En este escenario, no siendo definitivo, al Perú le correspondería un arancel de 10 %. Consecuentemente, corresponde poner sobre la mesa para negociar lo que se tiene con EE. UU.: el Tratado de Libre Comercio (TLC).
Amable lector: al renovar por siempre nuestra fidelidad, esperanza y amor por la patria, les propongo alzar la voz con un rotundo y sonoro: ¡VIVA EL PERÚ!
Felices Fiestas.
Exsenador de la República
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