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¿Habremos aprendido la lección?

Fecha Publicación: 06/10/2019 - 22:10
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Pasarán los años y la lectura de la historia marcará el 30 de septiembre de 2019 como un hito que marcó el fin del convulso proceso electoral del 2016 y el inicio de una nueva etapa de oportunidades que se le brinda a la magullada y desprestigiada clase política para que se reinvindique con la ciudadanía. La autopsia histórica deberá explicar cómo una fuerza política que perdió las elecciones presidenciales en el 2016 pero que logró el control casi totalitario del Congreso de la República, abandonó su promesa electoral de contribuir al desarrollo económico, impulsar reformas y fortalecer la institucionalidad democrática; y se dedicó a saciar su sed de venganza contra quienes “le robaron” la elección, y, luego -ante los destapes de Lava Jato, Los Cuellos Blancos del Puerto y el Club de la Construcción-, buscar a como dé lugar tejer el manto de impunidad para sus líderes, socios y operadores políticos. La etapa julio 2016-septiembre 2019 es rica en historias que revelan la magnitud de la corrupción en el sistema político, judicial y gubernamental. Una rápida mirada encuentra a todos aquellos personajes que ocuparon la Jefatura de Estado, sus partidos o movimientos políticos en las últimas tres décadas, envueltos en la hermandad corrupta que se procreó en el andamiaje de la obra pública, donde la repartija era un código exclusivo y excluyente. También revela el mecanismo de la mafia de ir alimentando en el periodo de campaña electoral a sus futuros socios o hermanitos, para que luego desde sus puntos de apoyo (Gobierno Central, Gobiernos regionales, Municipios y el Congreso de la República) retribuyan con creces los favores a costa del dinero de todos los peruanos. La mafia también fue captada en pleno masajeo a jueces y fiscales, quienes se encargaban de dar legalidad a sus enjuagues donde iban consorciados con la clase política y la costra mercantilista que aún exhibe la clase empresarial. La decisión histórica de un gobierno frágil como la administración Vizcarra que desafió a la mafia corrupta y logró disolver temporalmente el Congreso, para darle una nueva oportunidad a la clase política de regenerarse, deberá también ser aquilatada en el tiempo. La mayoría ciudadana siente como suya la batalla ganada. Sin embargo, debe ser consciente que su voto exige hoy una reflexión más responsable. Esperemos que sepa evaluar exhaustivamente al partido o movimiento político que ofrezca candidatos al nuevo Congreso, porque, de lo contrario, solo cambiaremos mocos por babas. La mafia siempre tratará de infiltrarse y también aquellos falsos caudillos de plazuela que ofrecen la magia del estatismo benefactor más alucinante. No vendamos nuestras libertades por promesas edulcoradas. Aprendamos la lección.