Hartos de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH)

La CIDH se ha equivocado tanto al enjuiciar al Perú que ya perdió toda credibilidad y respeto. La mayoría de peruanos no la conoce y entre quienes algo saben de esta son más los que la critican, y con razón. La CIDH indemnizó a personas vinculadas a Sendero Luminoso, un baldón para esa institución. Asimismo, encontró “evidencia razonable de la existencia de la presunta ejecución extrajudicial del emerretista Eduardo Cruz Sánchez” en la impecable operación Chavín de Huántar.

Su informe sobre los violentos sucesos de diciembre y enero pasados también menciona ejecuciones extrajudiciales. Como si los manifestantes hubieran sido ajusticiados fríamente. No acota que estos buscaban tomar el aeropuerto de Ayacucho y cuatro más, sincronizadamente.

Menos que tenían armas hechizas usadas contra las fuerzas del orden.
El decir de la CIDH solo da gasolina a la izquierda para deslegitimar a la presidenta Dina Boluarte.

Esta, torpemente, quiere ponerse en el medio y eximirse de responsabilidades. La OEA, donde pertenece la Corte, está sumamente desprestigiada y dominada por el pensamiento Foro de Sao Paulo. Por eso la CIDH no dice nada sobre las grotescas violaciones de DD.HH. que ocurren en Nicaragua o Venezuela.

Que el Perú se retire de la Corte como muchos plantean resulta un esfuerzo legal inútil. Nos desprestigia y nos haría perder tiempo. Un rechazo firme y contundente a las recomendaciones que da esta institución americana es más práctico.

Cierto que la izquierda se abre espacio político con el informe, pero hay temas más importantes y acuciantes en el país. Como la delincuencia que crece como la espuma y tiene indefensos a los ciudadanos, el crecimiento económico que no prospera porque el gobierno de Boluarte es débil e inepto. También el pozo de violencia que está sembrando Sendero Luminoso en el sur, a través de la Fenatep.

La banda de una escuela de Puno desfiló entonando ‘Dina asesina’. En Ayacucho, botaron a periodistas de Cuarto Poder. El terrorismo es paciente y constante. Boluarte no quiere verlo. Los conoce bien, entró con ellos al gobierno. ¿Qué espera para retirarle el reconocimiento sindical ilegal que Pedro Castillo le dio a la Fenatep?

Un problema inminente es la próxima elección del Defensor del Pueblo. La actual, interina, es una funcionaria identificada con la izquierda progresista. Protestó cuando el Congreso archivó la denuncia constitucional contra el expresidente Manuel Merino y criticó fuertemente a la Policía por su esforzado, cauteloso y valiente proceder en las recientes protestas contra la presidenta Boluarte, designada de acuerdo a la Constitución.
El candidato que tendría fuerza es Josué Gutiérrez, excongresista humalista. Viajó a Rusia con el hermano de Ollanta Humala, antes que este asumiera la presidencia, para realizar un alucinante lobby chicha. Abogado de Vladimir Cerrón, participó en la elaboración de la Ley Mordaza.

En una entrevista se mostró en contra de “la criminalización de la política”, defendiendo a Ollanta Humala, a Nadine Heredia y a Susana Villarán. Incluyó a Keiko Fujimori, soslayando que esta no le robó al Estado.

Parlamentarios del fujimorismo apoyaron a Gutiérrez en la votación de selección donde perdió la candidata naranja Delia Muñoz. Elegir como Defensor a un político de tan cuestionable trayectoria sería darle un cupo al ‘cerronismo’. Los naranjas aún no se pronuncian. Gutiérrez en la Defensoría sería nefasto.

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