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Impunidad de los abusos contra la mujer

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Fecha Publicación: 24/11/2022 - 23:00
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Supuestamente, tras la promulgación de un conjunto de normas que en los países latinoamericanos casi de manera uniforme se aprobaron para resguardar los derechos de la mujer, sea contra la discriminación, la violencia, el feminicidio, el acoso en sus diversas dimensiones (político, sexual y otros), los derechos fundamentales de las mujeres en el Perú y otras naciones del continente tendrían que estar vigentes, no solo en la normativa imperante, sino en la realidad cotidiana.

Sin embargo, también de manera coincidente, en nuestro territorio y los Estados vecinos, se advierte con indignación la existencia de una distancia abismal entre el ordenamiento jurídico previsto para afrontar esta problemática y lo que acontece todos los días en los hogares, las fuentes de trabajo, los centros de enseñanza escolar y universitario, los espacios de ejercicio del poder político, así como los ámbitos de interacción social. En todos estos escenarios de relacionamiento interpersonal, sea individual o colectivo, sobrevive con mucho “éxito” la vieja y tradicional mentalidad patriarcal, transmitida de generación en generación, donde si bien los varones son los protagonistas activos de esta injusta forma de convivencia, no es menos evidente que muchas mujeres al tiempo de ser víctimas del atropello, también son contribuyentes a la persistencia de la problemática por diversas causas, entre ellas las de orden cultural.

Ante esa realidad es importante intentar explicar los motivos por los que, existiendo una rica y ampulosa normativa promovida para proteger a la mujer de estos males, aún se advierte la existencia de un largo trecho por caminar para que el ordenamiento jurídico generado, influya en el comportamiento de los colectivos humanos, tanto de las élites, de la autoridad pública, como de la propia sociedad civil. Veamos:

1.- Cada vez que ocurre un determinado atropello contra una o varias mujeres, hecho delictivo que incluso genera indignación ciudadana, los estamentos políticos reaccionan de manera inmediata promoviendo la norma jurídica que sancione ese tipo de hechos. Es decir, la clase política solo reacciona cuando hay una protesta ciudadana, como queriendo congraciarse con ella.
2.- No se puede actuar en función exclusivamente reactiva, y hacer caso omiso de las medidas preventivas, lo que desnuda un segundo problema, la ausencia total de políticas de Estado para lograr que lo que se norma, se cumpla y surta los efectos deseados. Se supone que, a mayor cantidad de normas protectivas de la mujer, deberían existir menos abusos, menos violaciones, menos acoso sexual, menos discriminación, etc. Sin embargo, en el Perú y en los demás países se suscita el fenómeno adverso en sentido de que, a mayor cantidad de normas jurídicas reactivas, mayor cantidad de vulneración de derechos de la mujer.
3.- Queda claro que la labor de concientización ciudadana, de educación en derechos humanos, es lo que menos se hizo, seguramente porque se piensa en forma equivocada que la sola vigencia de los instrumentos jurídicos materializará los efectos buscados.
4.- También se comprueba que es tan fuerte la idiosincrasia de nuestras sociedades, que continúa imponiéndose de manera consuetudinaria, sistemática y entonces colisionamos con la costumbre de ver a la mujer como ciudadana o persona de segunda y convalidamos esta visión porque nos parece natural.
5.- El esfuerzo y la labor valiente, lúcida, de notoria inspiración humanista de líderes mujeres que se ganaron su espacio en base a talento, capacidad, sirve de inspiración al conjunto del género femenino, pero aún es insuficiente para resolver el problema.

Considero que llegó la hora de exigir al Estado integrado por gobernantes, legisladores, jueces, fiscales y demás servidores públicos, que tienen la obligación ineludible de generar esas políticas de Estado tendientes a promover la real materialización de la norma en la vida cotidiana, dentro de ellas se impone la implementación de medidas preventivas, para que los probables atropellos no se consoliden y logremos cambios reales.

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