Incendios y clima extremo
Las temperaturas, en el verano de Europa, están registrando cifras récord que impactan en la salud de sus habitantes y la naturaleza. Por esa razón diversos organismos internacionales recordaron que es urgente que los países reduzcan las emisiones de gases de efecto invernadero y se apliquen políticas reales y rápidas.
Para Petteri Taalas, secretario general de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), el clima extremo es un fenómeno cada vez más frecuente que trae consecuencias a la salud humana, ecosistemas, agricultura, economías y el suministro de energía y agua. Por ello, pidió a la sociedad adaptarse a lo que inevitablemente se convertirá en una nueva normalidad, es decir, temperaturas muy altas o con cambios bruscos. Para el servicio de Cambio Climático Copernicus de la Comisión Europea los nuevos datos mostraron que julio ha sido el mes más cálido jamás registrado en este continente.
Los cambios de temperaturas provocaron incendios forestales que han diezmado zonas boscosas y ciudades, como en Canadá, además de ocasionar víctimas y la evacuación de cientos de personas o turistas, como ocurrió en las islas griegas Rodas, Eubea y Corfú.
China no es ajena a estos cambios, pues una de sus provincias (Xinjiang) tuvo 52.2° centígrados en julio y estableció un nuevo récord nacional. En EEUU, la población de Phoenix sintió 31 días consecutivos 43.3°.
Por su parte la OMM y sus asociados ante estos fenómenos meteorológicos extremos, suministran pronósticos y alertas para proteger vidas y medios de subsistencia. Sin embargo, estos eventos climáticos extremos que serán más frecuentes según los investigadores, traerán un comportamiento inusual en el planeta. En Europa hubo calor en enero, en tanto que en la Antártida el hielo marino disminuyó. Pese a ello, los servicios meteorológicos no descartan que diversos países de un continente sufran fuertes nevadas, tormentas y hasta inundaciones; y en otro se presente una sequía prolongada, lo cual impacta en la agricultura.
Los impactos del clima extremo no solo son sobre el medio ambiente, daños de los cultivos o la salud humana, sino también en la productividad laboral porque los trabajadores se cansan más rápido y otros que tienen enfermedades crónicas padecen más con el calor. También el clima extremo afecta a quienes trabajan al aire libre. Según el Dartmouth College solo en EEUU existen 32 millones de personas que laboran en exteriores.
A menos fuerza laboral, las pérdidas económicas crecen en el mundo. Es momento de pensar en el presente y evitar generar más gases de efecto invernadero que dañan el futuro del planeta.
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