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Inmunidad presidencial sí… ¡BLINDAJE DELICTIVO NO!

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Fecha Publicación: 03/08/2022 - 22:58
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La permanencia de Castillo en Palacio, desde mi perspectiva, ha puesto de manifiesto tres cuestiones. Primero, la imperiosa necesidad de reformar integralmente el Capítulo IV de la Constitución, sobre el Poder Ejecutivo. Segundo, la precariedad en la representación congresal, que viene actuando con descaro e impunidad en contra del interés nacional. Lo tercero es que, “casi todos” los partidos y organizaciones políticas, son de “propiedad” de delincuentes disfrazados de políticos, que siempre son investigados penalmente pero nunca condenados. ¡TODO ESTO DEBE CAMBIARSE SÍ O SÍ!

Antes de pasar a desarrollar mis propuestas sobre lo primero, tomemos conciencia sobre la escasez histórica e inidónea del recurso humano en el ámbito político peruano. Quijotes, desde un alcalde de centro poblado menor hasta la presidencia de la República, resulta que fueron designados y postulados por el propietario de alguna organización o partido político que, en la mayoría de los casos, como nos indica la realidad, resultó siendo un delincuente.

Entonces, hasta que el Perú no cuente con ciudadanos y políticos académicamente preparados, con alta ética y moral, dispuestos a recuperar e ingresar a la política, deberemos pensar en reformas normativas que imposibiliten que las organizaciones y los partidos políticos sean de propiedad privada de delincuentes y que, al cargo público, se postule a lo peor de la sociedad.

Al artículo 111° de la Constitución debería incorporársele, para todo postulante a la presidencia de la República, el requisito de ser académicamente preparado, no tener un prontuario delictivo como currículum vitae, y todo resguardo que nos asegure que el Presidente será electo de entre los mejores ciudadanos. Sobre la vacancia por incapacidad moral permanente, prevista en el numeral 2 del artículo 113°, debería ser modificada de tal manera que “no requiera ser permanente”. Y, necesariamente, se requiere incorporar una causal de vacancia, ante indicios, evidencias o pruebas que cuestionen la idoneidad moral del presidente de la República o den certeza indubitable de su actuación delictiva. Hermanos, el Presidente debe ser un ser idealizado, intachable, el mejor de los peruanos; no el peor, como Castillo parece serlo.

El Presidente, como ya antes lo he manifestado, puede ser investigado por la Fiscalía de la Nación, pero, mediando reforma constitucional, debería también poder ser acusado penalmente, con la aprobación del Senado, siempre que se restablezca la bicameralidad en el Perú. Además, la Cámara Alte tendría la responsabilidad de suspender temporalmente, inhabilitar o vacar al Presidente.

Es insultante e indignante que la congresista Susel Paredes sostenga impune que Castillo puede ser un delincuente, pero no puede ser vacado por inmoralidad permanente. ¿Acaso delinquir recurrentemente o facilitar la comisión de delitos o obstruir a la justicia no es ser inmoral permanente? ¡Obviamente sí! Entonces vamos con las reformas ya que ¡LA CONSTITUCIÓN DEBE DAR INMUNIDAD AL PRESIDENTE, NO BLINDARLO POR ACTOS INMORALES, DELICTIVOS Y DE CORRUPCIÓN!

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