Invasión caviar
Gran parte de lo que vivimos hoy en el Perú es responsabilidad de la invasión caviar, aparecida con el advenimiento del alcohólico y corrupto Alejandro Toledo, y demás presidentes que apadrinaron: Humala, Kuczynski, Vizcarra, Sagasti y el filoterrorista y golpista Pedro Castillo.
Los llamados caviares se autoproclaman la conciencia moral de la Patria. Son los voceros de todas las causas, los únicos capaces de sacar adelante al país, cómo si alguna vez siquiera se hubiesen encargado, aunque sea, de un quiosco de ceviche playero y producido ganancias y plusvalía.
Desde el año 2000 se dedicaron a copar todas las instituciones del Estado de la manito de su “cholo, sano y sagrado”. Han vivido a expensas del dinero de los contribuyentes y matan el tiempo triturando la honra de quienes no les dan el amén. Han dictado por dos décadas la agenda política, social, educativa y sexual, pese a que no representan a nadie.
Los caviares han desarrollado un esquema ideológico y sociológico apoyado sobre su alucinada supremacía. Destilan odio contra los que no son de su secta, y toleran todo tipo de violencia si esta ayuda a sus fines (como la de las marchas para traerse abajo al presidente constitucional Manuel Merino, y las hordas que hostigaron incansablemente al periodista Beto Ortiz).
Han invadido colegios y universidades convirtiéndolos en verdaderos centros de adoctrinamiento.
Si uno de los suyos roba, como robó Susana Villarán, inmediatamente será defendida por alguna de sus vacas más sagradas, para tratar de convencernos de la santidad de la mentada. Sobre el caso de la ex alcaldesa, dijo Rosa María Palacios: “Susana Villarán no robaba para sí misma”, como si el robo fuese un acto correcto cuando el producto va a terceros. Y Gustavo Gorriti tras denunciar la tamaña corrupción de Odebrecht, pasó a decir que era una empresa con voluntad de cambio. Ajá, como si el lobo quisiera perder su ferocidad.
Por angas o por mangas todas las oenegés que integran son financiadas por la Open Society, de ese anticristo llamado George Soros. La presencia caviar es masiva en las redes sociales y medios escritos y si no tienen tribuna televisiva se inventan programas en youtube para crear un clima hostil y confundir.
Estos adalides de la ética, de la moral y del orden, consideran que un ‘transexual’ es mejor persona por el simple hecho de ser trans. Allí está el caso de alias Tiffany Gómez, asistente de la congresista huevera de Bonito, Susel Paredes. El tal ‘Tiffany’ fue arrestado por la Policía de Condevilla porque “la activista trans” (del Partido Morado) fue capturado cuando niños de 12,13 y 14 años denunciaron que una ‘señora’ (que en realidad era hombre) les ofreció hasta S/30 soles para que se dejaran hacer sexo oral. Y los caviares no gritaron, si acaso alguno susurró.
Para bien de nuestro Perú, la invasión caviar ha perdido espacio y poder. Ojalá pronto se repliegue.
Mira más contenidos siguiéndonos en Facebook, Twitter, Instagram, TikTok y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.