JNE: fraude con pisco y butifarras
Desde la confortable vivienda de Jorge Rodríguez Vélez, obsecuente miembro del JNE, se realiza una cuchipanda importante “en honor” de dos observadores internacionales. Harto trago y el tiradito de pescado reemplazan a la criolla butifarra. Está filmado y los diálogos son repelentes. Los participantes son ajenos al fraude electoral, fraguado presuntamente por el “Lagarto” Vizcarra, acusado por seis colaboradores eficaces de pedirles coimas. La investigación fiscal está pasmada.
Sin embargo, Rodríguez Vélez sigue en el puesto, perpetrando el fraude y siendo comparsa del presidente del JNE, Salas Arenas. Las universidades privadas que lo designaron le exigen transparencia y justicia, “caso contrario (debe) presentar su inmediata declinación al cargo”.
Los veedores internacionales –OEA, UE, los gobiernos de EE.UU. y Canadá– santificaron el latrocinio electoral. Probablemente el Ejecutivo haya influido, no tan discretamente, en estas decisiones. Además, se rumorea que la semana pasada, Pedro Castillo, ‘el Mudo’, estuvo en la embajada norteamericana.
El renunciante al JNE Luis Arce Córdova (representante de la Fiscalía) dejó una carta contundente. Advierte que durante el régimen del “Lagarto” Vizcarra fueron nombrados los integrantes de las instituciones más importantes. Y añade que las irregularidades en el proceso electoral son evidentes, enjuiciando severamente la sordera del Salas Arenas y su pandilla.
El JNE se niega en todos los idiomas a mostrar el padrón electoral solicitado por los demócratas que denuncian el fraude (muertos que votan, mesas con cero votos para Keiko, imposible estadísticamente, firmas falsificadas y demás hierbas). Tampoco le da la gana de revisar 700 actas presentadas por Fuerza Popular aduciendo verticalmente que llegaron fuera de hora. Menos auditar el ‘software’ electoral.
Salas Arenas (defensor de terroristas) y su ‘grupete’ les dicen a los ciudadanos que pagan su salario con sus impuestos, que sus pedidos no serán atendidos. Y que vayan a la otra esquina. No hay derechos civiles ni Constitución que valga. Tanta prepotencia y cerrazón es porque saben que saldrían cochinadas que le darían la razón a los demócratas: fraude y de los bravos
Y el mandatario transitorio, tan propenso a lavarse las manos, no pide equidad ni neutralidad. Respalda abiertamente al frente de extrema izquierda, Perú Libre. El Poder Judicial hace lo suyo. Pretendió mandar nuevamente a prisión a Keiko. No prosperó, pero le prohibieron conversar con dos aliados importantes en esta causa.
Neciamente, los empresarios se autoconvencen de que un advenedizo economista salvará al país de la debacle. Creen que Pedro Castillo es el bueno y Vladimir Cerrón el malo. Pero ambos responden a Sendero y otros horrores. Mientras Perú Libre amenaza con su violencia. “Rompen el piano y matan al mono” si no se consuma el embuste.
El 65% de peruanos piensa que hubo fraude. No queremos periodistas, magistrados, funcionarios, políticos gansteriles. Menos bandidos como Castillo, Cerrón, Vizcarra y aledaños. Las elecciones están manchadas, mucho chanchullo.
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