La agenda deseada

Los enfrentamientos entre la Plaza de Armas y la Plaza Bolívar, son permanentes desde que se inicio este quinquenio. No es momento de criticarlo, mirar atrás y “meter el dedo en la llaga” no soluciona nada, por el contrario, aviva odios y rencores, cuando lo que necesita el país es que todos miremos hacia delante, para la búsqueda de la paz social y la estabilidad.Se abre una nueva oportunidad para el diálogo, ambos presidentes se reunirán próximamente en la búsqueda del clima apropiado para que la estabilidad llegue, al menos es lo que espero, pero para ello presumo que ambos tendrán una agenda previa o trabajada, a fin de que la reunión no sea sólo protocolar.

La agenda de trabajo, debería empezar por abordar la no agresión; mucho daño han hecho los actores del legislativo y ejecutivo, en este asunto y creo que es hora que los ataques verbales terminen.En segundo lugar, es necesario que los fantasmas del cierre del Congreso y la destitución del jefe de Estado, también sean desterrados, a fin de poner calma social y devolver a los actores económicos la estabilidad necesaria.Si no nos hemos dado cuenta, las guerras políticas en el país y la permanente crítica a todos los actores del sistema; congresistas, ministros, jefes de Estado, jueces, fiscales y todo funcionario público, están generando que la población no crea en el sistema y además, están empujando a que la población mire hacia el anti-sistema. ¿eso queremos?

Por ese motivo, creo que el tercer punto de la agenda de la reunión de los presidentes, debería estar dirigido a establecer, un programa común para que, desde el gobierno y el Congreso, se establezcan políticas que hagan que el país retome al crecimiento económico y la estabilidad social.La población del país, está molesta; el trabajo es escaso, abunda la delincuencia, y hay inestabilidad social, política y económica. La mayoría siente que las cosas están de mal en peor.El país requiere de señales claras de entendimiento político. Los señores presidentes tienen la gran oportunidad de reestablecer los niveles democráticos de diálogo y cooperación que la nación necesita.El futuro inmediato del país, descansa sobre la base de la estabilidad y son los más altos representantes políticos del país, que ahora tienen la oportunidad de demostrarlo.

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