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La agenda social en Cusco y la radicalidad democrática ausente

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Fecha Publicación: 16/10/2022 - 22:35
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Tomé la decisión de visitar a mis compañeros del Apra y algunos medios de comunicación de las provincias altas de Cusco para fortalecer la construcción de lo que en el Apra distintos sectores empezamos a denominar “la agenda social”. Le pedí para tal fin que me acompañe desde Lima al periodista Iván Arenas, experto en conflictividad social y minería. cuyo análisis in situ ha resultado inmensamente valioso. Al final terminé visitando las provincias de Cusco, Anta, Calca, Sicuani, Chumbivilcas y Espinar. En un breve ínterin aproveché para visitar el Comité Provincial aprista de Abancay, en Apurímac, dirigido por Lorenzo Rojas.
Sobre el Cusco debo decir que la región vive un momento de mucha crispación respecto a la actuación tanto del Ejecutivo como del Legislativo; ambos de espaldas a las urgencias de los sectores populares. Luego de conversar con diversos actores sociales he comprendido que más allá del medio mito del “Cusco rojo”, lo que existe sí es una radicalidad no atendida como demanda desde las plataformas democráticas. Puntos de reclamo y propuesta ciudadana -bastante válidos la mayoría- en los que usualmente intervienen acompañando u orientando las izquierdas marxistas, con un enfoque que termina imponiendo un esquema anticapital, lo que en el fondo es artificial, ya que hemos encontrado que el “capitalismo del pueblo” está en plena ebullición en la región. El reclamo no es de ningún modo ir hacia un esquema colectivista sino más bien de apoyo a la producción popular y a resolver sus tensiones con el Estado.
Por eso, además del agua potable permanente en algunas zonas, la agenda social del Cusco pasa por medidas que favorezcan los mercados populares: empezando por vías de comunicación interprovinciales asfaltadas y de doble carril, que lógicamente favorezcan el intercambio comercial. Pasa también por la implementación no de una “Segunda Reforma Agraria” sino de una auténtica revolución agrícola enfocada en los pequeños productores del campo de menos de 5 hectáreas, basada fundamentalmente en el relanzamiento del crédito agrario, la capacitación y la tecnología. Así como un proceso serio para formalizar a los pequeños mineros a cambio de apoyo para su modernización. Én este punto debatir el llamado “banco minero”, tiene gran impacto. En algunas zonas evitar el exceso de intermediarios, por ejemplo alrededor de la lana de alpaca, es urgente. Naturalmente el tema del turismo y el energético terminan de darle forma a este plataforma.
Cusco y el sur del Perú requieren un discurso que exprese una radicalidad popular y democrática; una revolución constructiva. Naturalmente esto no se podrá lograr desde una perspectiva mercantil oligopólica de derecha ni desde una destructiva izquierda comunista estatizante. El Apra podría expresar ese ánimo de cambio social radical en libertad y a favor de los sectores más pobres.
No quiero dejar de expresar mi profundo agradecimiento público a mis buenos compañeros que me ayudaron generosamente a coordinar y a hacer posible las reuniones que he concretado, a Edward Valderrama de Sicuani, a Gunter Garay de Chumbivilcas, a Beto Fuentes, José Carlos Quintana, Edwin Torres, María Canal, Adolfo Ortiz y Gianella Rodas de Cusco, a Ober Chocclo de Espinar, a Albert Vargas y a Adrián Cusihuaman de Anta. A Víctor Raúl Alvarado de Calca.
Una línea sobre la segunda vuelta regional: tremendamente bajo el nivel del debate entre “Somos Perú” e “Inka Pachakúteq”. Se extraña la propuesta y el discurso democrático-social electoral que en estas regionales hubiera podido colocar sobre la mesa un gran cuadro político como Luis Wilson.

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