La campaña electoral en tiempos de no campaña
El tiempo se acorta para ingresar nuevamente a la bicameralidad en el Perú y, hasta el momento, siguen inscribiéndose partidos políticos, lo que nos hace presumir que la campaña electoral será una de las más desordenadas y confusas para el votante. Los equipos de campaña deberán ser realmente competitivos para lograr llamar la atención de la población. Sin embargo, pocos se dan cuenta de que las campañas efectivas se hacen cuando la campaña electoral oficial no empieza, porque es el espacio donde los mensajes pueden ir penetrando en el electorado al no haber ruido que los distraiga.
Construir una campaña en tiempos de no campaña es lo que se denomina, en el argot político-electoral, campaña permanente o silenciosa, que se realiza de manera continua, no solo a nivel de los medios de comunicación, sino entre diversos segmentos de electores y en cualquier espacio, con el propósito de captar la simpatía del elector.
Entiéndase que, durante una campaña electoral oficial, los espacios, cualquiera sea su naturaleza, estarán copados por los diferentes candidatos. Es como si en la sala de nuestra casa, que es pequeña, se reunieran a la vez 100 personas y que todas hablen al mismo tiempo, haciendo que nadie se entienda con nadie. Eso mismo ocurre en las campañas electorales oficiales, ya que todos los candidatos serán invitados a los medios de comunicación, todas las calles estarán copadas con publicidad, así como todos los espacios en prensa y redes sociales.
Sin embargo, también hay que reflexionar que, en la campaña en tiempo de no campaña, debe tenerse en cuenta la formación de los futuros postulantes en las propuestas electorales, así como en el arte de la comunicación efectiva. Aquí es fundamental establecer una estrategia por cuerdas aparentemente separadas para que, al momento oportuno, se junten y se logre, bajo una perspectiva de largo plazo, una comunicación efectiva bajo el binomio de conocimiento de las realidades sociales y la persuasión para lograr la empatía necesaria hacia el votante.
El escenario político para la campaña electoral del 2026 será complejo y altamente competitivo, donde ganará la mejor estrategia que sepa utilizar las herramientas del marketing electoral y las capacidades de cada uno de los candidatos presidenciales y al Congreso. En esta parte debe existir coherencia y homogeneidad entre la comunicación verbal y no verbal, pero sobre todo en cuanto a la elaboración de mensajes efectivos que muestren evidencias y no populismos de humo.
“Aquí es fundamental establecer una estrategia por cuerdas aparentemente separadas para que, al momento oportuno, se junten y se logre, bajo una perspectiva de largo plazo, una comunicación efectiva bajo el binomio de conocimiento de las realidades sociales y la persuasión para lograr la empatía necesaria hacia el votante”.
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