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La Cátedra del Bicentenario

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Fecha Publicación: 24/10/2020 - 20:20
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Una de las tribunas más importantes y consolidadas durante la pandemia es la Cátedra Bicentenario. El espacio promovido por la Asociación Bicentenario 2021, que preside el constitucionalista Raúl Chanamé Orbe y que congrega a intelectuales, embajadores y juristas, sábado a sábado, nos presenta temas que bien podrían reunirse como quien configura la memoria de nuestra república. Acontecimiento que exige la diligencia de un historiador, pero que nos compromete a todos por significar lo más parecido a un diagnóstico para entender la peruanidad. En la Cátedra Bicentenario se han tocado temas que van desde la importancia de nuestras regiones del norte en el proceso de la independencia hasta personajes como Torre Tagle que bien merecen una segunda lectura para entender el por qué de sus acciones.

Ayer sábado, la cita fue en torno a Justo Figuerola de Estrada, el peruano cuya personalidad lo hizo responsable de tres históricas salutaciones: la oración laudatoria con motivo de la proclamación del rey Fernando VII, en 1808, la oración laudatoria a don José de San Martin durante la recepción que le organizó la UNMSM, en 1822, y la salutación en honor a Simón Bolívar en 1825. Aliado primero de Riva Agüero y opositor después, Justo Figuerola de Estrada fue el único peruano que asumió la presidencia de los tres poderes del Estado y, como Cincinato, el patricio, cónsul y general romano, quien fue dos veces dictador romano, Figuerola ocupó dos veces la presidencia provisoria del Perú, acontecimientos que lo afirman como uno de los más desprendidos padres de nuestra república.

El propio Ricardo Palma se refirió a él en una de sus tradiciones en la que narra cómo le pidió a una de sus hijas tirar la banda por el balcón cuando la muchedumbre le exigió renunciar para que asuma el coronel Manuel Ignacio de Vivanco. Primero reinstauró el congreso constituyente que proclamó a Torre Tagle y luego restauró la constitucionalidad con Manuel Menéndez. Sobre esta memoria se detienen los miembros de la Asociación Bicentenario, labor que vale la pena replicar para fortalecer juntos no solo la promesa de los independentistas sino por el deber de asumir nuestra identidad.