La cloaca narco
El arribo de un Pedro Castillo al poder –con o sin fraude– era cuestión de tiempo y consecuencia de la seudodemocracia diseñada por los caviares, tras la renuncia del presidente Alberto Fujimori. El Perú es hoy una cloaca vinculada al narcoterrorismo, gobernado por un inepto que gusta revolcarse en el fango de la corrupción y después victimizarse.
A poco más de 130 días de que el sindicalista magisterial y ex militante del partido de Alejandro Toledo (¿de dónde creen que vienen las amistades con el canciller Maúrtua?) asumiera la presidencia, disfrazado de campesino, y no dejase el sombrero sino para sus visitas a la casa de Alejandro Sánchez, en Breña, nuestro país está polarizado, la conflictividad social ha escalado a niveles incontrolables y los escándalos del gobierno no cesan. Todo esto ha llevado a que lo primordial se olvide: los nexos del actual régimen comunista con el narcoterrorismo de los Quispe Palomino.
Ayer el Procurador General, Daniel Soria, presentó una denuncia preliminar ante la Fiscal de la Nación contra Pedro Castillo, por presunto patrocinio ilegal y tráfico de influencias. Esto por las reuniones con Karelim López, quien dijo y se desdijo de haberle entregado veinte mil dólares al ex secretario presidencial Bruno Pacheco que, en realidad, eran para el presidente. Una vulgar estrategia del propio sistema que saboteó ayer, también, la diligencia en la que se tomaría el testimonio de Eddy Villaroel alias “Sacha”, el agente encubierto infiltrado en las filas de los narcoterroristas Quispe Palomino, “el único testigo vivo de que éstos financiaron la campaña electoral de Castillo”, según tuiteó el notable periodista Beto Ortiz (@PolloFarsantePe). La Fiscalía “inexplicablemente decidió que no se visualizaría ningún material y levantó un acta de cierre del caso con la complacencia de los abogados de Cerrón, Bellido y demás. ¿Cuál es la razón? Tienen miedo de hundir a Castillo pues este caso es la prueba de que llegaron al poder con la plata negra de Sendero en el VRAEM”, escribió Ortiz.
La doctora Yeni Vilcatoma, abogada de Sacha, informó que la fiscal Eneida Aguilar la excluyó, dejó al testigo sin abogada, y ordenó que cuatro policías la sacaran, “yo no lo permití. Eso se llama amedrentamiento. No hay democracia en Perú. La justicia es de Cerrón”, tuiteó.
La inteligencia cubana G2 está muy activa en el país, y los socios del Grupo (Cártel) de Puebla se apuran en socorrer al diminuto del sombrero. Castillo cuenta con el apoyo, entre otros, de Podemos, de España; el narcopedófilo boliviano Evo Morales; el dictador venezolano Nicolás Maduro; Andrés Manuel López Obrador, AMLO, presidente de México bastante tocado por el narco (ver: https://www.milenio.com/opinion/ricardo-aleman/itinerario-politico/amlo-vinculos-con-el-narco-las-evidencias)
Con la narrativa de “la derecha desestabilizadora” distraen de la verdadera meta de este gobiernito: hacerse del poder total y convertir al Perú en un narcoestado comunista más.
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