La compasión
Compasión: “Sentimiento de pena, de ternura y de identificación ante los males de alguien” (RAE). Esta palabra que encierra un gran significado siempre ha estado vinculada a la religión; a continuación, intentaré quitarle ese velo y reflexionar desde una perspectiva secular, pretendiendo -modestamente- llevarla al plano científico; para ello se contará con el apoyo de la historia natural y de las ciencias naturales.
La compasión, a lo largo de la historia de la humanidad ha constituido una piedra angular o regla de oro en la convivencia social, los líderes de las religiones del mundo siempre han afirmado y reafirmado la compasión, habiéndola llevado a ser un principio fundamental y parte integral de sus creencias; sin el ánimo de desmerecer a las religiones, considero que la compasión viene integrada a la naturaleza humana. Algunos biólogos sostienen que la compasión, el amor y la simpatía son anteriores al ser humano y que existe un principio denominado selección de parentesco que empuja a los animales a ayudar a su pariente; si avanzamos hacia el plano genético, la compasión hace que un gen ayude a otro gen y a sí mismo, esto nos demuestra que la compasión es natural y que prioriza a la familia; los biólogos también han descubierto el “altruismo recíproco”, que consiste en que la compasión nos lleva a hacer cosas buenas por otra persona que luego nos devolverá el favor, de esta manera la compasión va más allá de la parentela y llega a los amigos y aliados, así funciona la lógica evolutiva; lo que aún nos falta es conseguir que la compasión sea universal por sí misma, todavía falta mucho.
Como toda regla, la compasión también admite excepciones, grafiquemos la cuestión con un ejemplo: Ninguna persona querrá ir a prisión, sin embargo pensamos que algunas personas deben ir a prisión; esto nos quiere decir que creemos que debemos tratar a estas personas de manera diferente a como nos gustaría que nos traten, tenemos el poder de justicia imparcial que nos indica quién queda excluido de la regla fundamental; sencillamente: si eres mi enemigo, mi rival o no eres mi amigo, la regla no aplica para ti. Estas exclusiones o excepciones a la regla son las causas de los grandes problemas del mundo, y es algo natural; en la teoría de juegos se trataría de un juego de suma cero, donde hay un ganador y un perdedor; pero, la vida no está llena de juegos de suma cero, en economía, por ejemplo, el vendedor y el comprador obtienen beneficio. Podría decirse, entonces, que la compasión fluye de manera natural por la vía que no signifique suma cero, donde las personas se auto perciben como potenciales ganadores, junto con sus amigos o aliados.
La historia nos demuestra que hemos progresado gracias a la compasión; desde la edad de piedra, la evolución tecnológica (las carreteras, la rueda, la escritura, el transporte, etc.) lo ha hecho inexorablemente para que más personas puedan ser beneficiadas y cada vez a mayor distancia, en eso se resume la historia de la civilización; con el sentimiento de compasión hemos avanzado como organización social, desde la aldea de nómades errantes, hasta el antiguo estado, el imperio, la república, ahora vivimos en un mundo globalizado. Debemos agradecer a la naturaleza por tener a la compasión dentro de nosotros, en lo biológico y en lo psíquico, aunque todavía es un sentimiento selectivo en su aplicación, procuremos cambiar eso, hagamos que la compasión sea un sentimiento universal e imperecedero.