La Depresión

Sentimientos de tristeza profunda, soledad, minusvalía, infravaloración, llanto, sentimientos de inutilidad, incapacidad de sentir placer por las cosas que antes nos gustaban,  falta de energía y de vitalidad, desmotivación, cansancio exagerado tras esfuerzos mínimos, alteraciones del sueño y apetito, disminución de la atención y concentración, irritabilidad, pérdida de autoconfianza, desesperanza, pesimismo, ideación suicida; presentes por lo menos durante las dos últimas semanas de manera persistente; diferentes a la tristeza normal o angustia propias de la existencia humana.

La Depresión es una enfermedad que afecta a niños, adolescentes y adultos a predominio de mujeres. Una de cada cuatro personas puede experimentarla a lo largo de su vida.  No hay que confundirla con la tristeza que podemos sentir luego de una situación desagradable, ni es una falta de fuerza de voluntad, ni una debilidad de carácter. Mientras la tristeza puede ser momentánea, de corta duración o pasajera, la Depresión es una enfermedad bioquímica cerebral; causada por un desequilibrio en los neurotransmisores  como la Serotonina, Noradrenalina y Dopamina que están disminuidas en su síntesis y liberación en el cerebro y son responsables de nuestro estado de ánimo. Actualmente sabemos además que es una enfermedad neurotóxica, degenerativa, multisistémica y discapacitante que puede llegar afectar  a todo el organismo.

Existen diferentes tipos de Depresión: reactivas, endógenas, crónicas. No hay  curación definitiva. Sí períodos de remisión de síntomas. Puede haber recaídas si no se cumple con el tratamiento completo. Obedece a un factor genético hereditario, predisposición biológica familiar y a factores psicosociales del entorno que actúan como desencadenantes.

Si observamos a alguien con estos síntomas o peor aún quien haya verbalizado ideación suicida: no minimizar, no burlarse, no desafiar al paciente; no dejarlo sólo. Brindarle una red de apoyo familiar, social, protección, afecto, contacto físico. El tratamiento Farmacológico y Psicoterapéutico es imprescindible.

En el proceso al paciente hay que permitirle hablar, clarificar todo lo que ha pasado sin buscar culpables, ayudarle a cambiar la manera de pensar, la visión negativa que tiene del pasado, presente y futuro para que así cambie su manera de sentir.

La depresión no es un pozo, es un túnel que se tiene que atravesar. Los recuerdos negativos se pueden ver desde una perspectiva diferente. Lo que antes se vivió como una debilidad, ahora se puede transformar en un don. Cuando uno se recupera de algo que fue muy doloroso, ahora se tienen más recursos internos y emocionales para afrontar cualquier adversidad en el futuro. Superar la depresión te hace crecer, madurar, evolucionar, te fortalece porque ahora estas en otro momento de tu vida.

Cuidar de sí mismo, alimentarse bien, descansar bien, ser productivo, divertirse, hacer ejercicio, luz solar, asignarse metas realistas y el desarrollo de la vida espiritual, son algunas de las estrategias que brindaran estabilidad, dentro del caos de la enfermedad depresiva.