La Fiscalía arremete nuevamente contra Pedro Chávarry

Al exfiscal de la Nación, Pedro Chávarry. le ocurre lo que a Keiko Fujimori. Cada vez que hay una ‘movida’ en la Fiscalía los cogen de piñata. Veamos los hechos: el Congreso de Vizcarra y Sagasti, y la cuestionada Junta Nacional de Justicia (JNJ) que nombra y destituye a jueces y fiscales archivaron la imputación contra Chávarry respecto a su vinculación con el caso, estancado, Los Cuellos Blancos.

La JNJ destituyó a Chávarry por su supuesta participación en el deslacrado de una oficina clausurada por la Fiscalía, aunque los videos demuestran su inocencia. Desechó el proceso de los ‘Los Cuellos Blancos’ porque no era un asunto consistente. Pese a ello, la exfiscal de la Nación Zoraida Ávalos le entregó ese tema al supremo Pablo Sánchez. Estaba en investigación preliminar pero parado. Debió archivarse por no haber sustento.

Oh sorpresa, la titular del Ministerio Público, Patricia Benavides, activó recientemente el espinoso asunto. Ha desenterrado la versión de un testigo protegido que data del 2018. Este declaró que cuando se eligió a Chávarry como fiscal de la Nación, escuchó al expresidente de la Corte del Callao, Walter Ríos, hoy preso, decirle a un tercero: “ya tenemos el poder”. No se ha corroborado el decir del colaborador, no hay una sola prueba, y no se puede responsabilizar a Chávarry por los dichos de terceros. Además, repetimos, ese cargo lo archivó la JNJ y también el Congreso.

Benavides le quitó la investigación Los Cuellos Blancos-Chávarry al fiscal Pablo Sánchez, asumiéndola personalmente. La pregunta del millón es por qué. Chávarry no fue citado a ninguna diligencia. Pero Benavides ya mandó al Congreso el expediente con las cinco llamadas, ya conocidas y publicadas, entre el juez supremo, César Hinostroza, refugiado en España, y Chávarry.

La tesis de Benavides sería que esas conversaciones demostrarían la cercanía de Hinostroza y del desaparecido Consejo Nacional de Justicia con Chávarry. Este quería vincular a la administración de justicia con la organización criminal ‘Los Cuellos Blancos’. Algo totalmente jalado de los pelos.

Nos dicen que la Fiscalía anda revuelta. En el caso Joaquín Ramírez se han incautado bienes familiares, algo irregular. Además, burdamente se presentó a Keiko Fujimori como el brazo político de esta organización criminal. Benavides fue exitosa encarcelando a Pedro Castillo. Pero se necesitaría un fogonazo que desvíe la atención del caso Toledo. Como en las muñecas rusas ese es el primer objetivo. En la siguiente ‘matriosca’, está el suertudo ‘Lagarto’ Vizcarra. La mano que mece la cuna. De sus cinco expedientes por corrupción solo quedó uno, el del Hospital de Moquegua. ¡Bingo!

A la Fiscalía no le interesa investigar los latrocinios del ‘Lagarto’ durante el covid. Tampoco el caso de su singular amigo Richard Swing, está en el olvido. La foto del ‘Lagarto’ con Camayo, a quien negó y sus ‘reu’ con las dos fiscales del proceso. Los Cuellos Blancos viven en la amnesia fiscal. Se comenta también que la JNJ que nombró a Benavides tiene transcritos audios entre ella y "Toñito" Camayo.

Por último, para los allanamientos a Joaquín Ramírez, salieron 50 fiscales. Con Odebrecht hubo un solo allanamiento. El jefazo del sistema de lavado de activos en el Ministerio Público es el cuestionado fiscal Vela. Pero Chávarry -que impulsó las investigaciones contra Vizcarra- es el malo de la película. ¿Qué pretende Benavides?

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