La gran rebelión conservadora
El peruano promedio, absorto en temas de interés local, no está percibiendo el gran fenómeno político que recorre a medio mundo: la rebelión conservadora contra el socialismo, el comunismo y las políticas woke y progresistas.
Las alarmas se han encendido con la muerte de Charlie Kirk, el líder conservador norteamericano, asesinado la semana pasada en la Universidad de Utah de un tiro en el cuello por el izquierdista Tyler Robinson.
Kirk, de apenas 31 años de edad, era un personaje simbólico, cercano al Partido Republicano y fundador del movimiento Turning Point (Punto de quiebre). En medio de la profunda división ideológica y política estadounidense —que amenaza con revueltas masivas— propugnaba el diálogo directo, predicando el restablecimiento de los principios fundamentales de la democracia, la libertad, la defensa de la vida, el derecho a la fe cristiana y el patriotismo. Motivaba la discusión sobre los valores largamente pisoteados por el Partido Demócrata y el trastrocamiento del orden social del globalismo, que incluye la liberalización de asuntos híper sensibles como el aborto, la eutanasia, el privilegio de los transgénero, la manipulación social so pretexto del ambientalismo y la revolución contra instituciones esenciales como las Fuerzas Armadas y la Policía.
No es simple coincidencia que Robinson, de 22 años de edad, sea militante de Antifa, el movimiento violentista y criminal que dice luchar contra el fascismo, la derecha, la imaginaria supremacía blanca, el nacionalismo y a favor de grupos supuestamente oprimidos por el capitalismo como los afrodescendientes. También es revelador que haga pareja con un transgénero.
Resulta asqueroso que parte de la prensa internacional justifique el asesinato de Kirk, mientras en las redes sociales miles lo celebran. Pero, en contraste, dentro de EE. UU., en Europa, Asia y Oceanía, Kirk es el nuevo símbolo de rebelión contra las izquierdas de todo pelaje. El fin de semana, en muchas capitales del mundo, millones de personas han salido a protestar hartos de los gobiernos socialistas, la migración masiva de islamistas, la pérdida de su identidad nacional, la opresión a los cristianos y la judeofobia.
Un hito especial ha sido la gran convención conservadora Europa Viva 25, celebrada en Madrid, donde ha destacado con un discurso vibrante Rafael López de Aliaga.
El lema de la revolución de la nueva derecha hoy efervescente es “Dios, patria, familia”. Valores inmortales que ya se imponen en Latinoamérica y que, con seguridad, cobrarán fuerza en el proceso electoral peruano. Tomen nota.
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