La gringa, Patty y el Evo

Uno de los secretos mejor guardados de Evo Morales es la estadounidense Kathryn Ledebur, su asesora en la sombra desde antes que se convirtiera en dirigente cocalero. La macabra, que entra y sale del Chapare -centro cocalero boliviano- como si fuera su huerta particular, puso en boca de la ignorante congresista evista Lidia Patty Mullisaca la palabra ‘golpe’ para llamar así a la legítima presidencia de Jeanine Áñez, que asumió constitucionalmente tras la vacancia del pedófilo altiplánico Morales.

La gringasha llama ‘proceso revolucionario’ al narco-gobierno de Morales, otro defecado por el castrista Foro de Sao Paulo. Y ahora, según fuentes confiables, ella planteó el nombramiento de la analfabeta funcional Lidia Patty Mullisaca, que apenas tiene el don del habla y, probablemente no el de la escritura, como cónsul de Bolivia, en Puno.

Varios congresistas del país de las alturas, afirmaron en radio SG-FM, que tal designación es una “provocación” porque Lidia Patty es exdiputada del Movimiento al Socialismo - Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos (MAS), es decir mujer cercana a Morales, persona non grata para el Perú. Y el excanciller Luis Gonzales Posada criticó la designación calificando este nombramiento como “un galardón para Evo Morales”.

A su llegada a territorio peruano, la “brillante” Patty dijo que cumple la ley N° 465, del servicio de relaciones exteriores del Estado Plurinacional de Bolivia, y que “realizará trabajos de ayuda de emisión de certificados y documentos que requieran realizar nuestros hermanos bolivianos que radican aquí (o sea Puno) en diferentes ámbitos” (como contrabando de cerveza, pase de oro ilegal, de armas, ¿será?).

En cuanto a Kathryn Ledebur, en Bolivia su pantalla es la Red Andina de Información (Andean Information Network) dedicada a defender los derechos humanos de los cocaleros de Bolivia y Perú, de la represión de los agentes de la ley en la lucha contra el narcotráfico. A través de esta oenegé ha recibido importante financiamiento del anticristo globalista llamado George Soros.

Lebedur no es ajena a nuestro país, visitó el Cusco en 2019 invitada por el partido de Verónika Mendoza para el Primer Encuentro de la Mujer Campesina, en Kiteni, centro cocalero bajo monitoreo. La gringa vive en Cochabamba, Bolivia, desde hace más de tres décadas y su entrada al Perú debería prohibirse.

Esa roja manipuladora estudió en su país y luego en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales FLACSO, en Quito, Ecuador, centro de creación de personajes como la ‘indígena’ Rigoberta Menchú, con fines políticos.

Ledebur califica al narco-gobierno del Evo y sus acólitos como ‘proceso revolucionario’ y dice que ella quiere fomentar un debate informado sobre las políticas de drogas y encontrar enfoques justos para los desafíos relacionados con las drogas. En realidad quiere destruir Bolivia y parece que ahora Perú.

Según ella, en Bolivia no hay cocaína, así que habrá que preguntarle a la ignorante y flamante cónsul boliche en Puno qué hacen con las 50 mil hectáreas de cocales, mayoritariamente del Chapare.

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