La ideología del juego
Antes de la escuela están los padres, por eso los niños ingresan al colegio recién a los siete años; hasta cumplir esa edad están bajo la influencia de lo que podríamos llamar ‘enfoque lúdico’ o ‘ideología del juego’: jugar antes que estudiar, vivir la infancia, descubrir, socializar con otros niños y pasar tiempo en familia. Así lo asume Finlandia, el país con uno de los mejores sistemas educativos del mundo.
Las familias finlandesas participan en la ‘pre-educación’ escolar de sus hijos; de hecho 82 % van los fines de semana a las bibliotecas para acercar a sus pequeños a los libros y despertarles la curiosidad por la lectura. Para el psicólogo educacional Javier Melgarejo, el éxito finlandés resulta de haber logrado articular tres estructuras: la familia, la escuela y los recursos socioculturales, como bibliotecas, ludotecas y cines, entre otros.
Para los finlandeses la familia solo puede mantenerse sobre la base del afecto y el respeto y, por supuesto, la igualdad de derechos y deberes, incluyendo las tareas domésticas, por eso en primaria, niños y niñas aprenden tales tareas por igual, algo ciertamente más efectivo que cambiar la letra del “arroz con leche”.
La familia finlandesa actual es considerada postpatriarcal (nadie lleva los pantalones) y existe un pequeño porcentaje de ‘familias arcoiris’ (gays) sólidamente establecidas; como fuera nadie se atrevería a quitarle a los padres el derecho natural y amoroso de inculcar en los primeros años de sus hijos, los valores familiares, costumbres, sistema de creencias y religiosidad (más de 70 % de la población se identifica como cristiana-luterana, religión que bendice también uniones del mismo sexo). Finlandia es de los países más igualitarios del planeta, pero el segundo de Europa con mayor índice de maltrato, violencia física y/o sexual contra las mujeres (47 %).
Mientras a nuestras feministas locales de oenegés no se les cierre el caño del millonario financiamiento para impulsar la estupidez llamada ‘ideología de género, las mujeres peruanas seguirán siendo maltratadas y asesinadas. El ‘enfoque de género’ no solucionará la epidemia de feminicidios, pues sus raíces son psicológicas, psiquiátricas o derivadas del consumo de alcohol o drogas. Fácil es para el Estado lavarse las manos, chantar el ‘enfoque de género’ en el currículo y zafar su responsabilidad frente a los problemas de salud mental y adicciones de la población.
Mientras tanto quedémonos con la 'ideología del juego' de la educación finlandesa.
P.D. Mi solidaridad con Patricia del Río, atacada infamemente por la salida de Josefina Townsend de Moreyra de RPP; decisión personal de la señora de Moreyra.
