La mentira estúpida
Vizcarra mintió al negar la relación contractual de su empresa con Odebrecht vía Conirsa, (Consorcio Irsa Sur) donde la brasilera controlaba el 70 %. Trató de tapar esa mentira con otra y aseguró que desconocía que Odebrecht integraba Conirsa (o sea su compañía familiar, ‘C. y M. Vizcarra’, hizo negocios con desconocidos).
En los años de sus relaciones comerciales nada malo se conocía de la constructora “mais corrompida do mundo”. ¿A qué la patraña? La cosa no quedó allí y el accesitario lanzó un enredo al decir que renunció “inmediatamente” a su empresa apenas fue nombrado presidente por el Congreso.
El diario gobiernista Perú21 sostiene que Vizcarra efectivamente vendió sus acciones “el día que el Congreso lo invistió”. El documento exhibido por ‘Perú21’ es del 26 de marzo, tres días después de la juramentación, o sea casi “inmediatamente”, pero el problema es otro: el comprador de las acciones fue César, hermano y socio del presidente en ‘C. y M. Vizcarra S.A.C.’, lo que deja espacio para la especulación. La “venta” prueba, además, que mientras Vizcarra fue gobernador de Moquegua la empresa era de su propiedad. ¿Contrató con el Estado?
El presidente usa la mentira y la engañifa para empoderarse. Lo hizo con el referéndum al sostener que solucionaría los graves problemas del país. ¿La no reelección de congresistas erradicará la pobreza, la violencia, la anemia o la inseguridad? Mentira pues. Según la escritora Susan Sontag “la mentira es la forma más simple de autodefensa” ¿De qué o quiénes se defiende Vizcarra cuando engaña?
Estudios de Paul Ekman, considerado uno de los psicólogos más influyentes del siglo 21, concluyen que las mujeres mienten para proteger a otros, los niños para evitar un castigo y los hombres para mejorar su imagen. Según el antropólogo alemán Volker Sommer, la mentira relaja, pues ayuda a superar situaciones incómodas; satisface porque convence al otro y genera sensación de control y de superioridad sobre los demás. En una nota el periodista de CNN, John Blake, escribe que existen dos categorías de mentiras presidenciales: las perdonables y las imperdonables. Entre las primeras se agrupan las que tranquilizan a la población y ayudan a proteger al país; las imperdonables intentan “cubrir crímenes, incompetencia o proteger el futuro político de un presidente”.
¿Vizcarra candidateará en el 2021, o simplemente ha creado una nueva categoría de mentira presidencial? Esta sería la ‘mentira estúpida’. ¡Vaya aporte a la nación!