La oportunidad del APRA
El país atraviesa una etapa crítica, marcada por la falta de rumbo de un Gobierno que no sabe qué hacer con el Perú y un Congreso que ha decidido contemporizar con el Ejecutivo a cualquier costo social o político, abdicando de su función de fiscalización. No hay oposición real ni un discurso de cambio que responda a las necesidades de mayorías nacionales agobiadas por la inseguridad y una economía en parálisis, dificultando la generación de empleo, la reducción de la pobreza y la mejora de indicadores sociales. Además, los grandes proyectos de infraestructura avanzan con lentitud, mientras la corrupción —con casos de funcionarios implicados y extrañas muertes de por medio— indigna a la ciudadanía y lesiona la moral nacional.
La raíz de esta crisis radica en la ausencia de partidos políticos verdaderos en la oferta electoral y parlamentaria. En su lugar, hemos visto cómo clanes familiares, partidos universidad y organizaciones financiadas por corrupción regional o economías ilegales han dominado la escena política. Estas entidades, cual barcos piratas, buscan solo enriquecer a sus promotores, afectando gravemente la majestad del poder en el Perú.
Hoy más que nunca se necesita un partido histórico que asuma su trayectoria, con principios ideológicos claros, un programa definido, técnicos capacitados y una organización nacional sólida. Además, se requiere de cuadros que puedan ejercer una vocería asertiva y creíble. La política ha llegado a un nivel de degradación tal que recuperar la confianza de la ciudadanía es un clamor.
En este contexto, el regreso del APRA a la discusión pública, tras siete años fuera de todo espacio de poder, representa una necesidad nacional. El Partido de Haya de la Torre reafirma su compromiso como una fuerza nacional popular, orientada hacia la justicia social y el desarrollo mediante el fortalecimiento de las fuerzas productivas grandes y pequeñas, así como el bienestar de los trabajadores, siempre en el marco de una ampliación de las libertades democráticas.
A través de su “Agenda Social”, el aprismo propone soluciones concretas para problemas urgentes: seguridad, educación, salud pública, reactivación del agro, apoyo a las MiPymes, formalización de la pequeña minería, impulso del turismo y desarrollo industrial, entre otros. Además, busca frenar los abusos de ciertos oligopolios y negociar acuerdos internacionales en mejores condiciones, aprendiendo de los errores post 2011. También plantea reformas profundas, como replantear la departamentalización del Estado y combatir la corrupción con políticas públicas firmes.
Este programa será liderado por un APRA renovado, con nuevos dirigentes y voceros que marcarán una etapa de unidad y compromiso. Los próximos cónclaves internos y externos confirmarán, por voluntad de las bases, a un partido listo para asumir el desafío del 2026.
El APRA tiene la oportunidad histórica de responder al llamado de una nación que exige un cambio real. Con experiencia, nuevas ideas y visión, puede liderar la transformación que el Perú necesita para superar la pobreza, lograr el desarrollo y restaurar la confianza en sus instituciones.
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