La plancha de la renovación con unidad del aprismo masivo y popular

El Partido Aprista Peruano atraviesa una encrucijada histórica. Tras años de crisis y desconexión con nuestra verdadera esencia popular, ha llegado el momento de la renovación, de la recuperación doctrinaria y de la afirmación de nuestra identidad como fuerza democrática y social. Frente a los intentos de prolongar cúpulas desgastadas, reafirmo mi voluntad, junto a mis compañeros y compañeras, de abrir un nuevo capítulo con liderazgos que encarnen el espíritu de las ideas de Haya de la Torre en el siglo XXI.
Yo, Enrique Valderrama, represento la renovación del aprismo con la mirada puesta en el 2026. Este recambio generacional busca dialogar con las nuevas generaciones, que hoy exigen un proyecto nacional serio, moderno y democrático. El proyecto que lidero tiene por objetivo superar la política tradicional y devolver al aprismo su capacidad de ser una verdadera alternativa de gobierno, con propuestas viables, visión de futuro y un equipo técnico y político sólido, construido con esfuerzo desde hace varios años.
A mi lado se encuentra María Inés Valdivia, reconocida historiadora y catedrática universitaria, quien encarna el empoderamiento de la mujer aprista, con solvencia doctrinaria y firmeza intelectual. Su liderazgo demuestra la centralidad de la mujer en la vida política del país y en la reconstrucción del PAP. En ella se sintetizan la fuerza académica, la visión crítica y la vocación de servicio que el aprismo necesita para enfrentar los desafíos del presente, anclado siempre en su tradición histórica.
También me acompaña Lucio Antonio “Mochero” Vásquez, quien representa la reivindicación de la lealtad a Haya de la Torre, la mística del militante y la presencia fundamental de La Libertad —cuna del aprismo auroral— en este proceso de renacimiento partidario. Su compromiso con las bases y su fidelidad a la palabra empeñada nos recuerdan que el APRA no es solo un partido político, sino una causa moral, social y patriótica.
Esta es la plancha presidencial con la que debemos relanzar el aprismo: renovación, empoderamiento de la mujer y auténtica lealtad. Solo así recuperaremos la confianza de las masas, volveremos a ser un partido de mayorías y proyectaremos al APRA hacia la victoria en el 2026.
Convoco a todos los compañeros y compañeras a cerrar filas en torno a esta visión de futuro, a rechazar los intentos de parálisis doctrinaria por parte de la derecha interna y a trabajar por un aprismo unido, moderno y fiel al legado de Haya de la Torre.
¡Por la Renovación con Unidad!
¡Viva Haya de la Torre!
¡Viva el APRA!

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