La premura del presidente
Nunca imaginamos a Vizcarra como una persona capaz de actuar con dotes de dramaturgo, confiamos en su serial postura y creímos la trama del gran reemplazo de su fatídico antecesor.
Escucharlo dar discursos moralizadores en todo el país provoca estupor ahora que conocemos la realidad de su gestión en el Gobierno Regional de Moquegua, las 41 denuncias penales que le han generado de la mano con su gerente general, actual ministro de Transportes, sus compromisos empresariales con el principal asociado de Odebrecht en el Perú, Graña y Montero y su rol confiadísimo de apoderado de ésta, además de su protagónica participación en la elaboración y suscripción de la adenda del contrato de construcción del aeropuerto de Chinchero, en que la Contraloría halló responsabilidades penales.
Luego de hacer aspavientos de un proyecto de ley para intervenir al Ministerio Público, amenazar al Congreso con cerrarlo, con el objeto de sacar al Fiscal de la Nación Gonzalo Chávarry, solo porque le dijo que tenga tranquilidad, que sus 41 denuncias serían investigadas con respeto a sus derechos fundamentales en el marco de la ley, ahora manda emisarios para prender la fogata parlamentaria exigiendo la aprobación de sus proyectos legales sobre la Junta Nacional de Justicia.
En cuanto discurso da, manifiesta la urgencia de aprobarse estos proyectos, y el presidente del Congreso le hace la segunda, batiendo palmas para que las comisiones se apuren en aprobar los importantísimos proyectos presidenciales para reformar la anquilosada, vetusta y corrupta administración judicial.
Si estos proyectos condujeran a eso, aprobaríamos la premura, pero no es así, es la gran estafa de la seudo reforma judicial Kuczy-Vizcarrienta dirigida a tomar control del Poder Judicial y del Ministerio Público, encubrir las 41 denuncias penales de Vizcarra, las de Kuczynski y de los ilustres operadores de este gobierno y de sus socios empresariales, que el Fiscal Chávarry prometió públicamente investigar con apego a ley, por lo cual también lo quieren defenestrar del cargo de Fiscal Supremo.
La premura del Presidente obedece además al inefable propósito de dar cuenta al Gobierno Mundial, que ya consiguió tomar control del Poder Judicial, como fiel cumplidor de su plan de colonización de nuestra nación, y que ya tienen archivamiento seguro de las denuncias y demandas en su contra y persecución judicial de los opositores.
Tarea nefastamente cumplida señor Presidente, pero le aseguro que no ha de durar mucho tiempo.
