La Renovación competirá en la interna del APRA

El viernes 19, en Comas y ante más de 200 compañeros, acepté liderar la corriente de la Renovación a lo largo y ancho del país, comprometiéndome a inscribir y encabezar una plancha presidencial. El evento fue organizado por el Comité Distrital de Comas y el Comité de Lima Metropolitana, encabezados por Mirtha Ortega y Alberto Uculmana, respectivamente. Días atrás, 32 secretarios generales distritales de Lima me exhortaron, mediante un comunicado público conjunto, a tomar esta decisión, lo cual se sumó a 20 pronunciamientos de igual número de comités provinciales de todo el país. La corriente de la Renovación enfrenta así un momento importante y trascendente.
Haciendo un recuento de los últimos siete años —desde que comenzamos a construir esta alternativa—, la Renovación se propuso trabajar cinco ejes fundamentales: el debate conceptual doctrinario, la propuesta programática, el fortalecimiento del esquema territorial, el posicionamiento de nuevos voceros y una corrección en la línea política. Ese ha sido siempre nuestro esquema, que hemos trabajado laboriosamente, entendiendo que el “establishment” partidario lamentablemente había descuidado todos esos aspectos.
En cuanto a lo conceptual, la Renovación implica una reafirmación de la vigencia del pensamiento de Haya de la Torre y su difusión más activa. Para ello, hemos buscado el acercamiento con intelectuales orgánicos del partido y con profesores universitarios. Con sus aportes sobre la aplicación contemporánea de los postulados de Víctor Raúl, publicaremos un libro de reafirmación doctrinaria que presentaremos en los próximos días.
En lo programático, hemos avanzado en la estructuración de un nuevo plan denominado “agenda social”. Para este fin, definimos 45 coordinadores técnicos especializados en distintas áreas del Estado. Este esfuerzo fue presentado públicamente en San Juan de Lurigancho el pasado 23 de julio. Se trata de articular un programa mínimo que proponga justicia social real y sostenible.
En lo territorial, hemos llegado a 96 provincias del país, coordinando con la dirigencia aprista para fortalecer las estructuras orgánicas y promover propuestas de desarrollo local. Esto se ha logrado en 23 regiones. Muchas de estas zonas no eran visitadas hacía 15 o 20 años por dirigencias nacionales.
Además, hemos impulsado el surgimiento de nuevos voceros temáticos y políticos en medios de comunicación tradicionales y alternativos. Con ello, vamos construyendo una primera línea de cuadros capaces no solo de sostener un trabajo político, sino también de comunicarlo eficazmente.
Finalmente, hemos marcado una clara posición crítica frente al Gobierno de Dina Boluarte, diferenciándonos tanto de la derecha como del fujimorismo y, obviamente, de la izquierda marxista. Esta postura ha sido muy bien recibida por numerosas bases apristas.
Todos estos avances podrán ser positivamente catalizados por la próxima elección interna, en la que estamos convencidos de que recibiremos el respaldo de la militancia. De lograr el éxito, podremos mostrar un aprismo renovado, preparado para sintonizar con el sentir popular y llamar nuevamente la atención del electorado.

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