La rodilla de Vizcarra
La rodilla policial sobre el cuello de George Floyd precipitó la muerte del afroamericano de 46 años, en Minneapolis. Inmovilizado sobre el pavimento repetía “No puedo respirar”. Miles de peruanos contagiados de Covid-19 tampoco pueden respirar y deben enfrentarse a la falta de oxígeno medicinal, es la rodilla de Vizcarra sobre sus cuellos, una demostración más de su incapacidad para enfrentar a la pandemia al punto de haber colocado al Perú entre los países del mundo con más contagios por millón. Ayer se supo, además, que el número de fallecidos superaría largamente las cifras oficiales, como lo revelaron informes del Financial Times y de The New York Times. https://diariocorreo.pe/peru/reconocen-que-excedente-de-muertes-se-debe-a-epidemia-ministerio-de-salud-grupo-prospectiva-fallecidos-coronavirus-noticia/?ref=dcr
Tras la muerte de Floyd en Estados Unidos se desató una natural indignación que el movimiento Antifa (Antifascista) aprovechó para sembrar caos, violencia y saqueos. Un estallido social que podría darse en este Perú hastiado por la corrupción, hasta en la compra de mascarillas; el colapso del sistema de salud; canastas con alimentos hongueados; los beneficios del amiguito Richard Swing y el creciente desempleo.
La necropsia realizada al cuerpo de Floyd reveló un mal cardíaco crónico e infección por Covid-19. La rodilla del policía no le mató, pero sí la desidia policial ante quien clamaba “No puedo respirar”, la misma que muestra Vizcarra por quienes requieren oxígeno medicinal (recién el jueves se publicó un decreto para incrementar su producción). ¿No previó que sería necesarísimo sabiendo que el virus genera severos problemas respiratorios?
La Iglesia católica y la empresa privada, en especial minas Buenaventura, dieron una respuesta rápida y contribuyeron a solucionar la necesidad de oxígeno medicinal en Iquitos. Frente al rotundo fracaso y corruptela del Ejecutivo para frenar la pandemia, las iglesias y los privados deberían ser convocados y tener un rol protagónico para evitarnos más sufrimiento.
Las colas por el gas son un calvario. La gente llega de madrugada y espera horas para que algunos aprovechados les cobren hasta diez veces el precio usual. Caso aparte es el del patriota empresario chalaco Luis Barsallo, quien vende el balón de oxígeno a solo 15 soles. Son más de noventa mil personas con Covid-19 que requieren oxígeno mientras esperan recuperarse, o morir, en sus hogares. En los hospitales también existe una creciente demanda no satisfecha.
Pensándolo bien, la rodilla de Vizcarra realmente empezó a asfixiarnos a todos cuando no la puso sobre el cuello de Odebrecht, Graña y el Cartel de la Construcción, para obligarlos a devolver los sobrecostos e imponer una billonaria multa. ¡Cuánto más habría hoy para enfrentar esta crisis y brindar oxígeno a todos aquellos que como Floyd dicen “no puedo respirar”!
