La Sunedu y el desafío de fortalecer la calidad con autonomía universitaria
El 19 de agosto del año en curso se celebrarán las elecciones en las universidades públicas para constituir el nuevo Directorio de la SUNEDU. Se trata de un proceso de trascendental importancia en el marco de la necesidad de promover una educación de calidad con plena autonomía universitaria. La institución está llamada a asumir esa tarea desde un rol cualitativamente distinto al del pasado, cuando determinados grupos de poder político y económico ejercían un tutelaje fáctico sobre el organismo encargado de regular la actividad universitaria.
Con la elección de los nuevos integrantes del Directorio se abre un ciclo que debe honrar las mejores tradiciones de nuestras universidades. La expectativa es que, mediante un trabajo concertado, se impulsen políticas destinadas a consolidar la mejora de la enseñanza superior, fortalecer la investigación científica y tecnológica, y afianzar las tareas de responsabilidad social universitaria. Todo ello debe realizarse bajo la vigencia plena del principio que otorga identidad a las casas de estudio: la autonomía.
No obstante, persiste en la comunidad académica una preocupación que urge atender. Con frecuencia, órganos del poder estatal, públicos o paraestatales, insisten en dictar a las universidades cómo deben funcionar, desconociendo su naturaleza y competencias. Esa actitud, además de impertinente, abre la puerta a tentaciones de control político y a intereses económicos que pretenden distorsionar el sentido público de la educación superior, reduciéndola a un servicio meramente comercial.
Frente a este riesgo permanente, se impone un accionar conjunto de todas las universidades, en coordinación con la SUNEDU, para resguardar los intereses académicos e institucionales. Es indispensable trazar una agenda común que priorice estándares de calidad, evaluación pertinente, acreditación transparente y financiamiento suficiente, sin menoscabar la libertad de cátedra, la investigación independiente y la autodeterminación de cada comunidad universitaria.
De allí que el Directorio a elegirse deba estar integrado por profesionales de reconocido prestigio, trayectoria académica solvente y probada vocación autonomista y democrática. Se espera, asimismo, apertura al diálogo con las universidades públicas y privadas, y una gestión moderna, eficiente y descentralizada, que reduzca brechas y atienda realidades regionales tan diversas como las del país.
En ese sentido, el proceso electoral convocado por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos para el 19 de agosto adquiere especial relevancia. No se trata de un trámite más, sino de la oportunidad de marcar un hito y abrir una etapa que reafirme la calidad con autonomía como horizonte compartido. Autoridades, docentes y estudiantes estaremos atentos a los resultados y comprometidos con apoyar las decisiones que fortalezcan la educación universitaria del Perú.
Que prime el mérito, la transparencia y el respeto mutuo, para que la SUNEDU sea garantía de progreso académico sostenible.
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