La “Toma del Perú”

Lima vio llegar a mujeres y hombres del campo y líderes comunales olvidados por el Estado para hacer oír su voz.

Lima ha visto, también, que no han sido esos desposeídos quienes causan caos y destrozos. ¿O alguien ha visto a una señora con trenzas y polleras lanzando bombas Molotov, o tirándole ladrillos a los periodistas? No son esos compatriotas los violentistas, sino infiltrados agentes políticos bolivianos del Movimiento Al Socialismo (MAS) y los Ponchos Rojos de Evo Morales; de hecho, el servicio de inteligencia ya ha reconocido a algunos de ellos. La organización para la “Toma de Lima” fue la razón por la que el pedófilo altiplánico Evo estuviese tan presente en nuestro país desde el año pasado, especialmente en Puno donde todo comenzó. Además, han azuzado las marchas elementos de Sendero Luminoso, como la terrorista Rocío Leandro Guzmán, “camarada Cusi”, quien perpetró atentados en los años 80 y 90. Esta no es una marcha del “pueblo” sino de países, grupos políticos y terroristas interesados en destruir al Perú.

Los pobladores salieron de sus terruños engañados y solo después de que los agentes bolivianos asesinaran a varios de nuestros compatriotas con balas dum-dum (ingresadas desde Bolivia) para culpar a la Policía Nacional del Perú, PNP, siendo que está impedida de usar balas o perdigones y que ha enfrentado a la turbamulta solo con balas de goma y gas lacrimógeno. Basta saber que un grupúsculo de la muchedumbre alzada se dedicó a quemar perros callejeros y calcinó a un policía dentro de un patrullero para saber que Sendero Luminoso está organizándose.

Siguiendo su plan macabro, y con 52 muertos, los asesinos comunistas crearon el estribillo “Dina Asesina” para despertar la natural indignación de los dolientes y emprendieron, con ellos y otros, el camino a Lima, demandando la renuncia de la presidenta porque no les representa. “Nosotros votamos por Pedro Castillo y no por ella”, dicen los campesinos desde el comienzo de las movilizaciones tras la vacancia del inepto profesor que dio un Golpe de Estado en solitario. Que un votante de Castillo diga que Dina Boluarte no le representa muestra el paupérrimo nivel de los electores de una plancha integrada por Boluarte. Otra de las demandas son el cierre del Congreso, el adelanto de las elecciones para una Asamblea Constituyente y reconocer al “Perú Plurinacional”, es decir la destrucción de la nación peruana, esa que todos los presidentes posteriores al ingeniero Alberto Fujimori (salvo Alan García) socavaron.

El notable filósofo español Gustavo Bueno (1924-2016) dijo que “en una democracia homologada no cabe decir que del pueblo soberano sale el Gobierno. No puede ser por incapacidad del pueblo. No entiende las leyes. No entiende los programas. El gobierno de una sociedad compleja supone unos elevados conocimientos”.
La falta de esos elevados conocimientos para gobernar, dialogar y disuadir, tanto de Castillo como de Boluarte, han condenado al Perú a desaparecer, y a Boluarte parece no disgustarle la idea.