Las pymes también necesitan transformación digital
Durante muchos años, las empresas operaron bajo esquemas de trabajo que se mantuvieron prácticamente intactos a lo largo del tiempo. Sin embargo, el mundo cambió, y limitarse a seguir una receta segura es casi un sinónimo de fracaso. En la medida en que las compañías se restringen a innovar, son más propensas a morir.
Según Álex Morris, Country Sales Director de Xertica, la transformación digital se vuelve una tarea impostergable. Y aunque se la suele definir como una prioridad exclusiva de las grandes corporaciones, lo cierto es que impacta a más empresas de las que se cree. En el caso de Latinoamérica, el 99 % son pequeñas y medianas empresas (pymes), responsables de más del 50 % del empleo en la región, según datos del Banco Mundial. Además, representan más de 11 millones de emprendimientos en los distintos mercados latinoamericanos.
Para 2020, se prevé que la revolución digital moverá más de 1.97 billones de dólares, de acuerdo con estimaciones del International Data Corporation (IDC), y los family business ocuparán un rol central en esta revolución.
En este escenario, las pymes familiares encuentran escollos que entorpecen la puesta en marcha de la digitalización de sus procesos internos y de los servicios que ofrecen a sus clientes. A los desafíos habituales que enfrenta cualquier compañía, se suma un aspecto vinculado con el ADN de estas empresas: el componente familiar. Muchas veces, son las generaciones más jóvenes los principales impulsores de la migración de la compañía hacia el plano digital, encontrándose con el reto de convencer a las generaciones anteriores a emprender un nuevo rumbo para crecer y sobrevivir frente un mercado cada vez más competitivo. Las nuevas generaciones entienden que la competencia no proviene ahora solo de los competidores tradicionales si no hay que estar pendientes de nuevos disruptores en todas las industrias que pueden en un abrir y cerrar de ojos desafiar y desaparecer negocios que parecían estables durante décadas.