Las rabonas

La historia de las luchas por la libertad y la independencia de los países, así como por conquistas sociales y mejores condiciones de vida, está caracterizada por la participación protagónica de mujeres, cuya actuación encomiable ha sido muchas veces soslayada o invisibilizada, pero no por ello menos importante y emblemática.
Esta vez quiero reivindicar la actuación patriótica y valerosa de aquellas mujeres peruanas que, durante la Guerra del Pacífico (1879-1883), estuvieron presentes, arriesgando y entregando su vida para resguardar la soberanía territorial de nuestro país.
Probablemente los textos de historia no les otorgan el reconocimiento que merecen. Me refiero a las rabonas, mujeres que acompañaron y apoyaron a los soldados peruanos en las campañas militares de la independencia y en la guerra contra el invasor chileno. Mujeres valientes, audaces, con profundas convicciones patrióticas, que, dejando a su familia, estuvieron al frente en las batallas. Se encargaban de tareas vitales como cocinar, lavar la ropa, curar y cuidar a los heridos, aprendiendo por la fuerza de las circunstancias el noble oficio de la enfermería y los primeros auxilios, salvando así muchas vidas.
A partir del siglo XIX, ellas comienzan a llamar la atención como personajes singulares que, de una u otra manera, forman parte de los ejércitos en el sector de Infantería. También es importante resaltar que, en momentos de tragedia, no escatimaban esfuerzos ni dudaban en empuñar el fusil, sustituyendo a los compatriotas caídos en la batalla.
Es oportuno reivindicar a estas valerosas mujeres frente a una descripción histórica de los acontecimientos ocurridos en nuestro país, donde la pluma de los autores de textos suele soslayar este protagonismo, invisibilizado por la tradición y mentalidad patriarcal. No obstante, cabe enfatizar que su presencia fue muy significativa e imprescindible, especialmente ante las limitaciones presupuestarias del ejército peruano.
Es justo señalar que el término rabonas esconde el nombre de miles de mujeres anónimas, desplazándolas hacia el olvido. Sin buscar reconocimiento, ellas ayudaron a construir la historia del Perú, estructurada en torno a próceres, héroes y caudillos durante las guerras de la emancipación, la intervención y los conflictos internos por alcanzar el poder. En ese sentido, conviene remarcar que contribuyeron en gran medida a enriquecer la historia de la nación, ya que su desprendida asistencia, aunque poco conocida, desempeñó un rol preponderante en nuestra lucha por resguardar los intereses de la patria.
También considero importante hacer referencia al origen del nombre rabonas. Se debe al hecho de que estas valientes mujeres generalmente marchaban en la cola, es decir, en el rabo de las columnas militares.
Al respecto, el investigador Humberto Tauro del Pino, en la primera edición de su Enciclopedia Ilustrada del Perú, señala lo siguiente respecto a este emblemático término:
“Rabona: mujer que acompañaba y atendía al soldado peruano durante las campañas militares de la guerra emancipadora. Tanto en el bando realista como en el patriota…”.
Esto significa que la actuación de estas valientes mujeres no se limitó a la contienda bélica contra el ejército chileno, sino que tiene como antecedente las luchas por la emancipación contra el yugo español.
Una de las personas que se destacó en esta trascendental tarea fue doña Antonia Moreno de Cáceres, considerada una líder entre ellas. Acompañó a su esposo en la resistencia militar durante la campaña de la Breña, demostrando un valor excepcional. Posteriormente, falleció el 26 de febrero de 1916 en Lima, y sus restos descansan en el Panteón de los Héroes, junto a su marido.
En este siglo XXI, muchas mujeres han dado un salto cualitativo, ejerciendo liderazgos trascendentales e inspiradas en el altruismo y la entrega desinteresada de las rabonas. Siguen contribuyendo a la lucha por la construcción de un país con justicia social, igualdad de derechos y oportunidades. Lo importante es que hoy su actuación deje de ser invisibilizada, en cumplimiento de un principio elemental de equidad.

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