Lealtades

Hace unos días me reuní con el profesor y novelista Amado Muñoz. La conversación giró en torno a nuestras experiencias editoriales. Con Amado, durante ocho años, convocamos el concurso metropolitano de poesía Espejo de Papel. Lo conocí el 2003 cuando estuve a cargo del proyecto editorial Perú Lee. Su entusiasmo nos permitió trasladarnos de una plaza pública a uno de los colegios más importantes de Lima. Años después le presenté a Marco Carrascal, editor de ARSAM, uno de los más dinámicos impulsores del plan lector en el Perú. Ambos se consolidaron como equipo. Yo me concentré desde el 2013, a promover el Festival Internacional de Poesía Primavera Poética. El 2020, el año de la pandemia, nos trasladamos a las plataformas digitales, desde allí continuamos organizando recitales. En uno de ellos, coincidí con Mario Meléndez, autor de “Apuntes para una leyenda” y “Réquiem para frutas suicidas”, dos poderosos libros que me confirmaron el poder de la literatura chilena. Mario fue, durante ocho años, editor general de la Fundación Vicente Huidobro; gracias a sus gestiones publicamos dos libros del padre del creacionismo en Lima. Desde entonces, con Mario, nos hemos embarcado en proyectos y aventuras que nos han afirmado en la escritura, pero sobre todo, en la convicción del respeto: avanzamos porque hay una hermandad que se sostiene por códigos. Le dije a Amado Muñoz que sería oportuno volver a los viejos proyectos. Su respuesta fue afirmativa, “pero no olvidemos al equipo”. Yo miré a Iván Adrianzén, autor de “Días de perros”, quien me acompañó a la reunión y asentimos como quienes saben que están en el lugar correcto. “Tenemos que pensar en los títulos de la colección”, le escribí en el WhatsApp a Mario Meléndez. “Claro que sí. No olvidemos la opinión del consejo editorial “. Y así, con Claudia Osorio, la poeta mexicana de “Noche callada”, cuando no damos un paso sin consultar con quienes nos han dado la confianza de constituirnos como equipo. Con Claudia tengo la enorme satisfacción de coordinar actividades culturales en México y ella lo propio, conmigo, en Perú, desde el 2023. Amado, Mario, Claudia, son tres pilares de un valioso universo que continúa de pie gracias a la lealtad, la confianza y el respeto; valores que no aprendimos con chatGPT ni con la IA, sino en casa, observando a nuestros padres, conmoviéndonos con el aleteo de un colibrí, con la emoción en las salas de los aeropuertos o la percusión de la lluvia, golpeando los techos de las casas.

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