Liderazgo político

La palabra líder en política suele ser común. Todos de alguna manera queremos serlo, sin embargo, ¿todos tenemos la capacidad o las cualidades para ello?, yo creo que no. A esto debemos sumarle la interrogante ¿el líder nace o se hace? Es decir, la palabra líder está comprometida con diversos aspectos que lo hacen una figura por momentos controversial, por decirlo menos, o de lo contrario una figura odiada o amada.

Los líderes políticos que he conocido, no guardan necesariamente aspectos personales uniformes, porque debemos entender que cada líder tendrá un segmento de la población a fin a su forma de pensar y de conducirse. Pero ojo, el líder y el liderazgo que ejerce deben tener algunas características comunes que generen objetivos similares con su población y el de saber influenciar en la voluntad de sus seguidores.

Las cualidades que deben tener los lideres parten de la empatía ante su público y que la convierte en la base fundamental del éxito de su liderazgo. No debemos tampoco dejar de lado la existencia de lideres antipáticos, de aspecto adusto pero que, sin embargo, su actitud es compensada con el tipo de mensaje que transmiten. En los tiempos de la modernidad, el liderazgo político tiene que ver también, con las percepciones que generan en el capo ético y moral.

Hoy la sociedad tiene la tendencia a creer en la pulcritud ética de las personas, aunque en la práctica el noventa por ciento de la población, carece de esa característica. El ser humano de hoy vive de las percepciones que generan las personas y que son transmitidas por los diversos medios de comunicación tradicionales, pero sobre todo de los medios digitales donde el líder puede mostrarse “tal como es” y las personas que consumen “imágenes” pueden tener una mejor percepción de los gestos que manifiestan sus lideres, incluyendo la posibilidad de estudiarlos.

Ahora ser líder de un organismo público, va más lejos del solo hecho de transmitir imágenes, ya que también serán escrutados por sus conocimientos en el campo de la administración gubernamental y sobre todo en el campo de la transparencia, la ética y la moral en el manejo de los recursos de Estado. En suma el liderazgo político que hemos conocido en el siglo XX ha evolucionado, obligando a los que quieren ejercer liderazgo a prepararse en los aspectos comunicativos y a tener una vida pulcra y transparente si es que quieren conquistar a las masas.

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