Lima, Trump y el desembarco de Chevron
Donald Trump, el personaje que todo lo hace en modo reality show y así genera noticia y resonancia aumentada, mencionó a Lima en fugaz pasaje de su discurso en Naciones Unidas con la frase: “De Londres a Lima, de New York a Ámsterdam, del Cairo a Tokio…”. Aunque los peruanos no aceptemos la realidad, porque la que fue Ciudad de los Reyes es ahora sede de eventos con jerarquía multitudinaria o financiera internacional, nuestra capital no está posicionada en la mente de la sociedad global.
De manera que la alusión a Lima del presidente estadounidense no pasa desapercibida. Es que los gestos, palabras, ademanes, menciones y otros detalles que enarbolan los líderes mundiales en sus presentaciones no son improvisados. Muy por el contrario, el mensaje es el resultado de rigurosos análisis de especialistas que tratan cada temática con sumo cuidado para que la propagación sea positiva para el país y el protagonista, y creíble para la audiencia.
Así, la alusión a Lima de Trump podría atribuirse como un gesto de mayor aproximación hacia los países latinoamericanos. El registro de este suceso es importante si tomamos en cuenta el contexto de fuerte incertidumbre global y la bien planificada estrategia geoeconómica y geopolítica que despliega la otra potencia mundial, China. Esta, a través de su programa “La Franja y la Ruta”, explora y utiliza a Latinoamérica como un gigantesco mercado tanto para colocar la inmensa gama de productos fabricados en su territorio como para proveer desde este continente materia prima para producir todo tipo de mercancías.
En esta dinámica, es fáctico constatar que importantes gobiernos nacionales están revalorando la economía y el potencial de países como Perú, que cuentan con ingentes recursos en minería, industria, agroexportación y en generación de energía en sus diversas presentaciones: hidráulica, eólica, hidrogenada, solar y marítima. Igualmente, se incluyen otros bienes como los utilizados en el riesgoso ámbito de los hidrocarburos o los orientados a la variada infraestructura caminera superficial, subterránea y hasta interoceánica Pacífico-Atlántico.
En este marco, sorprendió la actitud de la empresa estadounidense Chevron. Ante el anuncio confirmado de haberse encontrado, en cantidades importantes, lagunillas de petróleo en los lotes Z-61, Z-62 y Z-63 durante los estudios sísmicos realizados por Anadarko Petroleum Corporation, en la zona marítima frente a Lambayeque y La Libertad, departamentos costeros de Perú, su reacción fue inmediata. Así, a los tres días de esa importante noticia formal de Perú-Petro y Anadarko, la tercera potencia petrolera mundial Chevron se apresuró en comprar 150 millones de dólares en acciones de Anadarko. Otra que no se quedó atrás fue la petrolera Westlaam al adquirir otros 120 millones de dólares.
Se estima que la producción diaria estaría entre 150 a 200 millones de barriles de petróleo, los mismos que, al precio internacional a octubre de 2025, se cotizan a 67 dólares por barril. En resumen, la celeridad en el desembarco de la inversión de las tres empresas extranjeras y la participación del propio Perú-Petro es aleccionadora e importante para nuestro país.
*Exsenador de la República
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