Literatura puneña
Le pedí al poeta Omar Aramayo que me lo presente. Era junio de 2015, yo estaba asombrado con su producción en la dirección del Fondo Editorial de la Universidad Nacional del Altiplano, su famosa Biblioteca Puneña es más que impresionante: libros finamente publicados, autores de indudable calidad y una preocupación por rescatar los pilares de una región fundamental en el proceso de nuestra literatura. Gamaliel Chutara, Alberto Mostajo, Alejandro Peralta, Carlos Oquendo de Amat, Luis de Rodrigo, Dante Nava, Efraín Miranda, Omar Aramayo, Gloria Mendoza Borda, Jorge Flores Áybar, José Alberto Velarde, Boris Espezúa, Lolo Palza, Darwin Bedoya, Filonino Catalina y, por supuesto, él: José Luis Velásquez Garambel, constituyen una de las tradiciones más poderosas de un Perú que gracias a la revolución de las comunicaciones, con gestores como Velásquez Garambel, empieza a completarse con sus otros centros.
El autor de “Ninguio y otros relatos”, “Imaginarios distantes” (ensayos de cultura y literatura heterogénea) y “Gitana” (poesía recobrada), acaba de publicar, con Salvador Hancco Aguilar, un libro monumental, un atlas de “Literatura Puneña para el siglo XXI”, un repaso por sus mitos, leyendas, relatos, poesía, por el teatro y el ensayo, devolviéndonos autores como Federico Guillermo More, Emilio Armaza, Ernesto More, Juan Bustamante Dueñas y Jaime Barrientos Quispe, y a narradores como Emilio Romero, Mateo Jaika, Carlos Calderón Fajardo y Vicente Achata Vargas.
“En estas páginas se encuentra lo más destacado de la sensibilidad e inteligencia puneña, esa que se esparce como el primer rayo de luz que originó el nacimiento de la humanidad”, escribe Porfirio Enríquez Salas, rector de la Universidad Nacional del Altiplano, y yo suscribo. “Este caracol no repara en el camino que la luna ha trazado/ tiene las antenas enredadas y quiere besar al sol antes de morir”, afirma en tono lírico José Luis Velásquez Garambel, el ensayista que no duda en poner el dedo en la llaga y señalar el débil, o nulo, esfuerzo de quienes se proclaman “académicos”, por comprender la complejidad de nuestras culturas.
El aporte de José Luis hace de Puno una región a la que necesitamos leer. Gracias por estos documentos, Poeta.
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