Lo que queríamos demostrar
La accidentada juramentación a medianoche de un gabinete cojo sorprendió por la tardanza y las idas y venidas conocidas. Un papelón. La prohibición a la prensa de ingresar al recinto y transmitir el desmadre que ocurría es alarmante. Nuevamente Perú Libre (PL) y su mandatario atentan contra la libertad de información, garantía esencial de toda democracia.
Los países totalitarios tienen una prensa monocorde y digitada. Ese será el tenor de este gobierno, estamos advertidos. Como todas sus acciones son soterradas y poco transparentes –además de sus innumerables problemas de corrupción y sus vínculos con el terrorismo–, el periodismo libre es como el ajo y la cruz para el vampiro.
Willax, ‘Expreso’ y algunos otros –pocos– medios advirtieron lo que sería un régimen con Castillo a la cabeza. Se instruyó al país de sus vínculos con Sendero, señalados por la solvente Dircote. Supimos de las investigaciones por terrorismo de los hoy congresistas de PL. Vivimos el sangriento atentado en Vizcatán. Conocimos la ciénaga de corrupción en la que se movían el candidato y su partido.
La prensa obsecuente nunca indagó, preguntó ni investigó. Se puso de lado ante el grosero y maquinado fraude. Negó todo lo que no debía negar. Resulta ridículo que los medios ‘anti-China’, ‘profraude’ y la izquierda progresista o ‘caviar’ se rasguen ahora las vestiduras por el premierato del ultraizquierdista Guido Bellido.
Los caviares se inflaman y se cortan las venas porque desaforaron a su carta para el Ministerio de Economía. Pero hicieron mutis tras el discurso de investidura de Castillo. Enmudecieron ante las estupideces históricas que lanzó. Callaron sobre el siniestro e ilegal cierre de Palacio de Gobierno (como lo hizo Cuba). Mudos ante las brigadas comunistas que serán las rondas urbanas, una suerte de ‘tucuyricuys’ siniestros, propios del comunismo retrógrado.
A todos ellos hay que decirles que será peor, mucho peor, si esta aberración de presidente y de régimen prospera. Su rechazo llegó tarde y es muy cínico. Falta el verdadero arribo al poder, el totalitario. Como dijo Cerrón, el gobierno del poder popular que se logrará con la Asamblea Constituyente a la que la progresía no le hace ascos.
Castillo, Bellido, Cerrón, Nájar son lo mismo. No insistan en ‘separar la paja de la paja’ Aún no hay ministro de Economía y el que elijan será inepto. Hasta para repartir 700 soles, buscando alquilar el corazón de los más necesitados, se requiere experiencia. El dólar ya se disparó y las inversiones se espantarán.
El régimen pretende acelerar la destrucción total de la democracia y probablemente presentará propuestas atrabiliarias en el Congreso, buscando que le denieguen la confianza dos veces para cerrar el incómodo Parlamento y lanzarse al ‘chavismo’ total. Cuenta con el Foro de São Paulo. Estar atentos y unidos es el único conjuro para esta desgracia anunciada.
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