Lo único estable, la inestabilidad

Se va el 2023, un año tan veleidoso como inseguro y precario. Nunca olvidemos que el 2022 fue una barbarie. A estas alturas, nadie duda que el gobierno de Pedro Castillo Terrones es el peor de nuestra historia republicana. Afortunadamente salimos de él y está en la cárcel. La acción decidida de la exfiscal de la Nación Patricia Benavides contribuyó enormemente a este desenlace. Su antecesora, Zoraida Ávalos, nada hizo ante Castillo y Vizcarra.

Rememoremos el copamiento de ministerios y entidades del Estado –incluido el Congreso– por el prosenderismo/Movadef. También el robo descarado de los familiares de Castillo, los aquelarres en la casa de Sarratea, la corrupción superlativa, la perversión del Congreso y el descalabro económico.

Con Dina Boluarte el prosenderismo gubernamental quedó atrás, afortunadamente. No se plegó al golpe de Estado y sufrió las consecuencias de la violencia extremista. Pero la corrupción continúa, también la presencia de parientes en el manejo del Estado y la deficiente conducción de la economía. Boluarte quiere llegar al 2026 en modo flotante, sin objetivo mayor que el permanecer, con un Premier poco transparente, que se va y se va, pero que no se ha ido. ¿Podrá? Es la pregunta del millón. Adelantar elecciones no arregla nada.

Resulta claro que el gobierno ha establecido un pacto con Alianza para el Progreso, reflejado en el Congreso. No es para generar cambios positivos para el país, buscan protegerse mutuamente. En todo caso, el Legislativo continuará siendo errático y criticado por la opinión pública. Además, Boluarte y su Premier ya se alinearon con el sector que busca controlar políticamente la Fiscalía y con la permanencia de una JNJ altamente politizada que no rinde cuentas a nadie.

Se logró sacar a la exfiscal de la Nación Zoraida Ávalos y frenar al clan del Ministerio Público que apaña a Odebrecht y a un sector político, desgraciadamente fue por poco tiempo. Comentaba un amigo que un fiscal corrupto es mucho más peligroso que un juez deshonesto. El primero puede extenderte la investigación por años, quitarte tus bienes, fregarte la vida. El juez sentencia, pero es solo una vez.

El experimentado abogado Humberto Abanto definió a un régimen democrático como aquel en el cual, si suena el timbre en la madrugada, es el lechero. Si es la Fiscalía y te llevan preso, estamos en un gobierno totalitario. Ese es nuestro rumbo, se han perdido las garantías, el debido proceso. Un grupo mafioso se ha apoderado del Ministerio Público y de la JNJ. No habrá estabilidad jurídica, menos confianza en el gobierno.

El verano es el tiempo de relajo, ‘chela’ y playa, por lo menos en Lima. Y aunque no sea fundamental, el Congreso está en receso. En un país donde la extorsión se volvió el terror cotidiano, cualquier cosa puede suceder. El ciudadano de a pie vive el abusivo chantaje de bandas delincuenciales, básicamente venezolanas. La PNP se esfuerza, pero no logra detener esta plaga. Desde la orquesta Grupo 5, hasta el bodeguero están coaccionados.
Con una Fiscalía como la actual no es difícil pensar que el chantaje también existe en el mundo político y judicial. Ya lo sufrió el entorno del exfiscal de la Nación Pedro Chávarry y los colaboradores eficaces inducidos. El Niño ya apareció. Viene un turbulento 2024. ¡Feliz Año!

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