Los antisistema en las elecciones del 2026
El jueves, en una entrevista radial con el experimentado periodista Chema Salcedo, entre diversos temas relacionados con la política, hablamos sobre aquella parte de la población que no siente que la forma en que viene funcionando el país le otorgue beneficios mínimos para vivir; es decir, hablamos de la población que siente que está fuera del sistema y que este no le da trabajo, educación ni, menos, una vida digna.
La pregunta que me hice fue si esta población busca que el sistema le dé gratuitamente todo o si el sistema no los admite y los rechaza, negándoles cualquier oportunidad para desarrollarse en la vida. De acuerdo con los resultados electorales de las últimas décadas, el voto que ha preponderado es el “voto” de rechazo a los llamados políticos tradicionales y, de acuerdo con las encuestas, es muy probable que esa tendencia prevalezca en las elecciones del 2026.
Por esa razón, la población demanda nuevos rostros para la política, y aquí es donde hay que analizar la cantidad de partidos políticos inscritos y a las personas que los lideran para evitar que, nuevamente, la población elija a una persona con discurso populista de fácil consumo.
El nuevo rostro que, al parecer, busca el electorado tiene que estar ligado a la transparencia de su vida pública y privada, que transmita potencia en sus mensajes, pero, sobre todo, que transmita la percepción de tener autoridad para tomar decisiones, inclusive por encima de algunas minorías consideradas privilegiadas por el sector que no se siente incluido dentro de los beneficios del sistema económico.
No cabe duda de que la seguridad interna será una pieza fundamental en el debate de los candidatos presidenciales y que las propuestas que realicen deben estar, además, acompañadas por el ingrediente migratorio, que, como sabemos, representa un segmento electoral importante.
La delincuencia que vive el país hoy está centrada básicamente en la ola de asesinatos, extorsiones y robos producto de algunos malos elementos de nacionalidad extranjera, pero, acaso, ¿esta es la real delincuencia del crimen organizado? Creo que ello es un señuelo para que las organizaciones criminales de trata de blancas, órganos y drogas puedan hacer su trabajo con tranquilidad, ya que la PNP estará entretenida en la delincuencia común, dejando de lado a las verdaderas organizaciones criminales internacionales que operan en nuestro país.
En todo caso, lo que hace falta es un discurso potente dirigido a las personas que se sienten fuera del sistema.
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