Los equipos técnicos
Ha sido bueno para el país que se conozcan los equipos técnicos de los candidatos Keiko Fujimori y Pedro Castillo. Pero ¿cuál ha sido la lectura de la población? Para algunos el equipo de Fuerza Popular muestra, en su gran mayoría, caras trajinadas en el quehacer político nacional durante los últimos veinte años, y la población no se ha dado cuenta que de lo que se trataba era de demostrar rostros con experiencia en los asuntos de gobierno. Para otros, el equipo de Perú Libre ha mostrado “rostros nuevos” pretendiendo transmitir un cambio, pero la población no ha tomado en cuenta que no tienen experiencia en los altos asuntos de gobierno; a pesar de que dicho equipo muestra a exparlamentarios que han pertenecido a Congresos que han terminado con gran descontento popular y hasta donde yo conozco, no han tenido experiencia en el manejo de los asuntos relevantes del Poder Ejecutivo.
No es un secreto que lo mejor, en casi todo en la vida, es que exista un equilibrio, el cual debió ser demostrado en las composiciones de ambos equipos técnicos, donde debieron prevalecer tanto la experiencia como nuevos rostros que refresquen la política y transmitan percepciones de renovación.
Felizmente, aún estamos a dos semanas de las elecciones, lo que permite tener un tiempo suficiente para que los partidos, que pugnan por gobernar el país, puedan reforzar sus cuadros de especialistas.
Si algo deben demostrar los partidos políticos es que, para sus planteamientos de gobierno y propuestas de gobernantes, es saber adecuarse a los nuevos tiempos y recoger las opiniones que emergen de la sociedad, porque son las percepciones las que generan las realidades. Por ejemplo, en una etapa electoral las percepciones de las personas se convierten en realidades cuando emiten su voto. Si eso es así ¿acaso no sería conveniente que los cuadros técnicos guarden un equilibrio entre la experiencia y juventud? Hoy la percepción ciudadana sobre los cuadros técnicos también se ha polarizado, porque por un lado se muestra rostros “antiguos” versus rostros “nuevos” y eso alimenta la mala o buena percepción de los votantes. Por ello es necesario “poner en negritas” lo importante que resulta mostrar en primera línea a técnicos con experiencia en el manejo del Estado, y que estos trasladen sus conocimientos a las nuevas figuras que aparecen en el espacio político nacional. El éxito es aplicar el dúo experiencia y juventud de cara a una sociedad siempre cambiante.
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