Los gastos del Congreso que nadie explica
El Congreso siempre ha sufrido y sufrirá por las decisiones administrativas que tome o que no tome. La opinión pública evalúa la ejecución presupuestal al cierre del ejercicio fiscal de cada año buscando que las instituciones usen su presupuesto al cien por ciento y se critica a las instituciones que no lo hacen. En el caso del Congreso y por su naturaleza, su presupuesto no está destinado para hacer obras públicas ni grandes inversiones y se usa básicamente para el gasto corriente y adquisiciones de bienes y de servicios.
Debemos tenerlo claro: las decisiones políticas conllevan un gasto de todas maneras; si se crean más bancadas habrá más oficinas con personal y computadoras incluidas entre otros gastos; si se crean más Comisiones Especiales o de Investigación será lo mismo. Hoy el parlamento tiene doce bancadas y esa realidad hace que la Mesa Directiva deba estar sujeta a concesiones políticas para mantenerse, que van desde la contratación de personas hasta la creación de Comisiones Especiales o de Investigación.
En cristiano, el gasto del parlamento tiene un origen estructural producto del voto de la población y luego de la descomposición de las bancadas originadas en las elecciones. Cuando un Congreso no tiene mayoría absoluta las responsabilidades de las decisiones administrativas de diluyen entre varios grupos políticos y a la vez entre nadie porque no hay un solo responsable. Si la tendencia será de ese modo, se hace necesario reestructurar el aspecto administrativo del Congreso para que las decisiones del gasto no caiga en la responsabilidad del Oficial Mayor que siempre paga el “pato”; quizás es momento de pensar en un Oficial Mayor administrativo y otro Oficial Mayor parlamentario. El primero seguramente será nombrado por el presidente del Congreso de turno, mientras el segundo será designado entre los funcionarios del carrera.
El problema adicional del Congreso es la transparencia que lo hace vulnerable a las críticas sobre todo al no tener un portavoz administrativo que sepa explicar ante la opinión pública las razones del gasto. Hoy se critica la compra-alquiler de teléfonos celulares que serán usados para las votaciones virtuales y para el personal incrementado “por la decisiones políticas y la fragmentación del Congreso producto del voto popular”.
El Congreso sabe de sus debilidades por el gasto que realiza, pero no quiere tener una estrategia de comunicación eficaz y educativa.
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