Los matones de Castillo
La presencia violenta de matones al servicio de Perú Libre (PL) es cada vez más desvergonzada. Las actitudes hostiles del gobierno contra la prensa también. Las vivimos durante la campaña, amenguaron algo al inicio del régimen, pero actualmente el ‘modus operandi’ de presión y amedrentamiento a la población y a la prensa es claro.
La ideología de PL y la de Castillo provienen del castrismo y del senderismo respectivamente. Ambos suscriben la frase de Carlos Marx: “la violencia es la partera de la historia”. Para Pedro Castillo y Vladimir Cerrón la prensa libre, la transparencia son como ajo para el vampiro. No creen en la democracia y como son corruptos de izquierda el actuar matonesco se sustenta con plata.
Es el caso de las recientes agresiones a periodistas en los exteriores del Congreso de la República delante de la Policía, donde las huestes de PL fueron traídas probablemente desde el interior del país. Con seguridad se les dio dinero y asistencia, como ocurrió con los ‘manifestantes’ en la casa de la presidenta del Congreso, Maricarmen Alva, arengando el cierre de esa institución.
De acuerdo a la firmeza que tenga o no el Parlamento para detener el avance de la descarada corrupción de Pedro Castillo, los hampones a su servicio harán su trabajo, siempre asesorados por cubanos y venezolanos expertos en amedrentar, atacar y violentar. Es tan torpe este falso profesor rural que no entiende que los peruanos están hartos de su descarado latrocinio. Conforme este avance, su derrumbe se acrecienta.
Vladimir Cerrón parece ser el impulsor del método matonesco –así lo manifestó en sus redes sociales–, propio de las dictaduras a las que aspira para el Perú. La compra de congresistas, principalmente de Acción Popular (AP) y de Alianza para el Progreso, ha convertido a la política en un negocio turbio y torcido. Escuchar a un parlamentario de AP, grotescamente alquilado por el oficialismo, afirmar que Alva, su correligionaria, lo presiona para votar por la vacancia es nauseabundo.
Se condice con el voto de confianza dado al gabinete y la adhesión vergonzosa a un régimen que tiene cuatro gabinetes en siete meses y cuyo nivel de robo y latrocinio es tal que ya perdió la confianza de la ciudadanía, como lo indican las encuestas que le dan cerca del 70% de desaprobación.
El Perú se convirtió en un mercado persa, la compra y venta de conciencias está a tope. Harían bien los parlamentarios probos en investigar a sus pares, y la ciudadanía en repudiarlos. Hay niños, niñatos y cacos de gran calibre, incluidos asesores. Los partidos de los alquilados están pasmados: no activan el comité de disciplina propio de todas las agrupaciones, escudándose en el silencio y en una fraternidad que solo es encubrimiento.
El presidente del BCR declaró recientemente que no hay razón para que existan pobres, en referencia a que tenemos ingresos. El grave problema radica en las pésimas gestiones públicas. Son desastrosas, no hay región donde no se robe. Con el régimen de Castillo, la frase: “el Estado como botín” es una desgraciada realidad.
La Fiscalía practica la persecución política. El entorno de Castillo está lleno de prontuariados. Tienen la conciencia cochina como afirmó el asesor Beder Camacho. Se vienen tiempos duros, de chicotes y lumpenaje.
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