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Los planes de Castillo (y de Antauro)

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Fecha Publicación: 13/09/2022 - 22:40
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El Plan Impulso presentado la semana pasada por el ministro de Economía, Kurt Burneo, aunque con buenas intenciones, no significará ningún impulso real para la situación crítica que padece el Perú en estos momentos. La pandemia destruyó millones de puestos de trabajo que -si bien llegaron a sus niveles previos a esta durante este 2022-, la PEA ha crecido en ese tiempo, los salarios reales han caído, y la mayoría de los nuevos puestos se han creado en unidades productivas informales que otorgan empleos precarios y sin derechos laborales. El cobre ha caído desde marzo, pero los altos precios del año pasado parecen permitir el pago de este plan y la irresponsable alza de 9% del presupuesto público que en su mayoría recaerán sobre las municipalidades y gobiernos regionales, cuya gestión es la peor calificada por los ciudadanos según el INEI, la corrupción es mayor, y ejecutan muy mal.

El Plan, que asciende a un costo financiero de casi 11 mil millones de soles (1.23% del PBI), promete un crecimiento para el 2023 de 4.3%; sin embargo, esto no es creíble. El 45% de todas las medidas son temporales y apuntan a subsidiar y seguir regalando bonos, en un contexto donde el fondo del problema es uno solo: la total falta de confianza privada en el gobierno de turno, que se manifiesta en la ausenta total de crecimiento de la inversión privada para este año, y la caída de la inversión extranjera prevista en 17% y 11% para este y el próximo año (Proinversión). La confianza empresarial a 3 meses, recabada por el banco central de nuestro país, ha caído más de 10 puntos porcentuales entre febrero y julio de este año. Los escándalos de corrupción, la inestabilidad política, y la falta rotunda de norte por parte de Pedro Castillo parecen ser los principales drivers del estancamiento de nuestra economía.

Sin dudas, yendo más hacia el terreno político, la liberación de Antauro Humala no contribuye en absoluto con esta problemática. Su activismo y liderazgo en el sur del Perú parece estar tomando fuerza, y flaco favor le hacemos al problema con seguir con esta miopía limeñocéntrica de subestimar lo que sucede en el interior del Perú. No hace falta que recuerde que una semana antes de la primera vuelta electoral del 2021, nadie apostaba por Pedro Castillo para ser Presidente del Perú. La debilidad evidente del maestro chotano con problemas de oratoria y de ética ‘flexible’, no es en sí misma una buena noticia; al menos, no tan buena como la oposición cree. Esta debe superar rápidamente la celebración del nuevo presidente del Congreso, y entender que la caída de Castillo será el auge de Antauro, y no de ellos.

Sin liderazgos claros y sin alternativas visibles para la población general -no sólo para Lima-, precipitar la caída de Castillo sin un plan para generar gobernabilidad desde el día siguiente, las posibilidades de que esto se salga de control son muy altas. El rechazo a Castillo en el interior es por incapaz, por ineficiente y por corrupto; no es un rechazo ideológico. Antauro tranquilamente podría capitalizar la decepción hacia el chotano, e inclusive ser el principal interesado en fomentar su caída. Atentos, que una mala interpretación del panorama político podría llevarnos a apoyar medidas contraproducentes.

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