Los primeros fracasos

Los primeros quince días de funcionamiento del Congreso, de este periodo parlamentario, será recordado como el más desdichado para un grupo parlamentario del gobierno. El no poder inscribir una lista para competir en las elecciones de la Mesa Directiva del Congreso y no lograr ocupar las presidencias de las Comisiones Ordinarias más importantes para el Poder Ejecutivo, evidencia graves falencias en el conocimiento del funcionamiento del Congreso y la impericia para realizar negociaciones políticas.
En diversas oportunidades he manifestado que para tener un conocimiento más o menos eficiente sobre el funcionamiento del Parlamento es necesario que un congresista nuevo deba acumular por lo menos un par de años de experiencia.
El Parlamento es un espacio donde convergen diversas aristas que van desde el conocimiento de las reglas y terminan con el desarrollo de las destrezas políticas. Es decir, un parlamentario que no tenga el conocimiento y la habilidad para moverse en las aguas parlamentarias está condenado al fracaso, al menos en el corto plazo.
Ahora bien, no por gusto las democracias más sólidas en el mundo permiten que exista la reelección parlamentaria, ya que ellos reconocen que del Parlamento nace la estabilidad política de los países y que un Parlamento eficiente se basa sobre la experiencia acumulada de sus miembros. En el Perú, gracias al señor Vizcarra y a los peruanos que saben poco de lo que se necesita para que un Congreso funcione bien, se modificó la Constitución para evitar la reelección inmediata de los parlamentarios negándole al país la posibilidad de contar con gente experimentada.
Lo que ha pasado con el grupo parlamentario de gobierno radicaría también en no querer dejarse asesorar por técnicos que conocen la hermenéutica parlamentaria, bajo el concepto de que “han trabajado” para parlamentarios de derecha y que no son de “confianza política”, es decir afines a su ideología. Es así como, sumado a la falta de conocimientos de los parlamentarios, el equipo técnico que los acompañan sin experiencia han sido los motivos para sus primeros fracasos para la consecución de sus objetivos políticos en la organización de los principales órganos del Congreso.
Espero que los yerros políticos descritos les sirva a los congresistas para repensar y modificar la Constitución para permitir la reelección ilimitada de los parlamentarios y con ello contribuir a la profesionalización de la política. Un político eficiente es producto de la suma de los conocimientos, experiencia y las habilidades acumuladas.

Para más información, adquiere nuestra versión impresa o suscríbete a nuestra versión digital AQUÍ.

Mira más contenidos siguiéndonos en Facebook, Twitter e Instagram, y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.