Los serían, habrían continúan
Al igual que con la demolición emprendida contra el exfiscal de la Nación Pedro Chávarry, el ataque a la Fiscal de la Nación suspendida, Patricia Benavides, ocurre en diciembre. Convenientemente, el Congreso está en otra y el país también. Las acusaciones contra Benavides, dirigir una organización criminal, son en condicional. Imaginemos si se acusara con el mismo tiempo verbal a los operadores de esta burda maniobra. Ejemplo: el policía Harvey Colchado y la fiscal Marita Barreto estarían coordinando la ofensiva en el Ministerio Público con Martín Vizcarra. Habrían acordado que se les entregue una suma importante de dinero. O, la ofensiva contra el Ministerio Público la habría estructurado IDL.
No hay necesidad de corroborar nada para embarrar a Benavides. Sí es indispensable tener medios periodísticos que filtren ‘exclusivas’ en tiempo real, cuando ocurren los hechos. Un grupo de prensa potente que participe del control del poder. También contar con la policía política: DIVIAC que tiene un presupuesto de un millón de soles mensuales. Una cifra contundente. Se les suma una ONG que también maneja buen dinero, que en realidad es un partido político solapa. Es evidente que hay coordinación con la Junta Nacional de Justicia (JNJ), organismo que nombra y destituye a jueces y fiscales. Lógico que los magistrados tengan temor. Lógico también que la JNJ sea una aliada importantísima para tumbarse a Benavides como hemos visto.
Pero el libreto organizado tiene poca inteligencia porque las acusaciones fiscales contra Benavides terminan embarrando a la JNJ. Si el colaborador eficaz Jaime Villanueva –el oráculo y la verdad– sostiene que el nombramiento de la exfiscal de la Nación se debió a una directiva del exministro aprista Hernán Garrido Lecca a la JNJ, qué esperan Barreto y compañía para investigar a ese organismo, incorporándolo en el cuadro de la organización criminal que lidera Benavides. Deberían allanar las oficinas de la JNJ, quitarles celulares y computadoras.
El tal colaborador eficaz, Villanueva, también dedea al fiscal Rafael Vela al afirmar que este se reunió con el abogado José Luis Hauyón, vinculado al caso Sodalicio, a inicios de 2023, a pedido de Benavides. Vela no lo denunció, debería incluírsele en la organización criminal e investigarlo. En un supuesto chat del cual no sabemos su veracidad, Villanueva sostiene que el fiscal de la Nación, José Luis Villena está chantajeado por Gustavo Gorriti. Ninguno tiene indagación siquiera. Villena es sordo y ciego, pero corta cabezas por doquier. Todo es un zafarrancho.
En ese asunto no importa la lógica, menos la verificación. El pastelón está construido en base a supuestos no corroborados y el uso del condicional como tiempo verbal. Se trata de un cargamontón diseñado para que el sector demócrata se rompa el coco tratando de mostrar las incongruencias. Lo cual no servirá para nada como hemos visto.
Probablemente el objetivo de este atropello a la institucionalidad es el adelanto de elecciones con partidos debilitados e inexistentes. El vincular burdamente a Benavides con el APRA es para sacar a esta agonizante organización del juego electoral. Acción Popular es ya un cascarón, gracias al JNE, que lo ha masacrado. No hay partidos. El Congreso podría llamar a un pleno para que se vote por la destitución de la JNJ. Una pálida posibilidad. Boluarte, torpe políticamente, se alió con el sector que la destituirá. ¿Feliz Navidad?
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