Meditar y salud: buena sinergia
“Este es el objetivo de la meditación: aminorar las aflicciones ilusorias de nuestra mente e incluso erradicarlas” (Dalai Lama).
Meditar viene de nuestros antiguos ancestros, desde hace miles de años, de prácticas y tradiciones tanto orientales como occidentales.
Aunque existen múltiples definiciones, se puede entender la meditación como un esfuerzo interno por autorregular la mente a través de algunas técnicas y ejercicios.
En las últimas décadas la ciencia ha podido evaluar y comprobar que tiene efectos para el relajamiento y la reducción del estrés, pero no sólo ello.
El concentrar tu atención en la intención de eliminar flujos de pensamientos confusos, puede promover un realce del bienestar físico y emocional.
El psiquiatra James S. Gordon (Center for Mind-Body Medicine de Washington) afirma que sí se puede reducir el estrés y lograr algunos cambios favorables, a veces mayores a veces pequeños, en enfermedades crónicas como la hipertensión arterial, diabetes, síndromes de dolor y artritis.
Investigaciones efectuadas en Benson-Henry Institute for Mind Body Medicine (afiliada a Harvard University) señalan que adultos mayores con casos de hipertensión sistólica aislada, usualmente difíciles de tratar, tuvieron más probabilidades de controlar su presión arterial si recibieron capacitación en respuestas de relajación, con el efecto adicional de la reducción de medicamentos.
En el año 2020 hicieron más de 60,000 encuestas (publicadas en la revista American Journal of Cardiology) en las que hallaron que las personas que meditaban presentaban menores índices de: colesterol alto, presión arterial alta, diabetes, derrame cerebral y enfermedades coronarias en comparación con quienes no hacían esta práctica.
La Dra. Sara Salazar, del Hospital General de Massachusetts, concluye que la meditación aumenta la materia gris en estructuras cerebrales implicadas en el aprendizaje, la memoria y la empatía; y, a su vez, decrece en zonas como la amígdala que se relaciona a las respuestas fisiológicas relacionadas con el miedo y estrés.
Meditar no es caro, no es complicado, se puede hacer casi en todo lugar, pero sí requiere voluntad y persistencia. Siempre es mejor que alguien con conocimiento de la práctica y las técnicas guíe y/o enseñe a meditar. Es importante la dirección médica en casos de personas con depresión, trastornos de ansiedad, déficit de atención o enfermedades mentales para prevenir algún efecto negativo en la práctica de meditación.
Los estudios médicos siguen y seguro nos depararán más positivas noticias sobre la importancia de la meditación.
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