Mentiras de patas cortas
Los romanos usaban el proverbio Le bugie hanno le gambe corte (“la mentira tiene patas cortas”), como base para sancionar penalmente a los mentirosos. Y esa lección histórica debería haberla conocido Martín Vizcarra antes de dar versiones falsas y contradictorias sobre su pasado.
Recién admite que no dimitió como socio de su compañía cuando fue titular del MTC porque estaba desligado operativamente. Y solo el 23 marzo de 2018, luego de que PPK renunciara a la presidencia, se desligó completamente de CyM Vizcarra.
En ambos casos infringió el artículo 126 de la Constitución, que señala que “los ministros no pueden ser gestores de intereses propios o de terceros ni ejercer actividad lucrativa, ni intervenir en la dirección o gestión de empresas ni asociaciones privadas”.
Niega haber sido apoderado de Graña y Montero; sin embargo, hace poco Milagros Leiva leyó un documento de la Sunarp mediante el cual “Juan Manuel Lambarri, Ger. Gral, y Carlos Montero Graña, Director, le otorgan Poderes a César Vizcarra y Martín Vizcarra”.
También dice desconocer que Odebrecht tenía el 70 % del consorcio Conirsa, del cual CyM Vizcarra fue proveedor, percibiendo 521,000 dólares.
En el colmo de la cara dura Vizcarra sostiene que “nadie sabía que Conirsa estaba vinculada a Odebrecht”, sin embargo era de conocimiento público que a la corrupta constructora brasileña se había adjudicado la construcción de la Carretera Interoceánica.
Además, resulta inexplicable cómo su empresa creció de 16 a 128 personas desde que asumió la presidencia.
Entretanto, el ex fiscal de la Nación Chávarry y el excontralor Alarcón han denunciado que hay nuevas pruebas en el caso Chinchero que involucran a Vizcarra, lo cual obliga a reabrir la investigación.
Como respuesta a todo eso, Vizcarra insiste populistamente: “Nosotros siempre nos manifestamos con la verdad y una relación directa con la población”. Para Gilbert Violeta es un “error político” investigar a Conirsa y el mandatario ofrece la entrega de 80 nuevos hospitales y centros de salud y 1000 nuevos colegios.
Las preguntas obvias son: ¿por qué miente Vizcarra? ¿No se ve en el espejo de PKK? ¿Por qué no se movió la reconstrucción? ¿Acaso estaban esperando que Odebrecht y el club de la construcción estuvieran vigentes de nuevo, para entregárselas a ellos? ¿Quién será el proveedor, tal vez CyM Vizcarra?
Las mentiras ya sabemos que no tienen mucho alcance pero, ciertamente, pueden desembocar en el único abismo posible: la vacancia presidencial.