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Mentiras patológicas

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Fecha Publicación: 12/03/2019 - 21:00
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Como parte de nuestra naturaleza humana, todos hemos mentido alguna vez. La mentira puede ser algo cotidiano o frecuente: mentiras piadosas, inocentes, cordiales, exageraciones; son parte de la diplomacia social para mantener más armoniosas las relaciones humanas. El problema empieza cuando la mentira domina a la persona y se convierte en un recurso fácil utilizado constantemente para ocultar fallas, evitar castigos u obtener  beneficios. De ésta manera la mentira puede generalizarse y se convierte en un problema; pues nos metemos en un enredo del que no podremos salir.

El mentiroso empieza desde pequeño, por el ejemplo de su entorno más cercano o por el temor a que aparezca el castigo.  Si no recibe corrección, se le refuerzan sus mentiras, descubre que mentir es rentable y le da ventajas. No se da cuenta que la mentira destruye los lazos sociales, las relaciones interpersonales y la confianza, capital emocional importante, que es lo más difícil de construir y lo más fácil de romper.

En la adultez es más difícil cambiar. Se miente para tratar de encubrir u ocultar un problema, para no afrontarlo, ni solucionarlo. Poco a poco se obtienen beneficios, luego vienen las contradicciones porque los mentirosos pierden la secuencia de sus mentiras, el cuerpo los delata, presentan ansiedad, insomnio; pues se genera adrenalina y se necesitan más mentiras para seguir sosteniéndolas.

Los mentirosos patológicos mienten constantemente para obtener lo que quieren, no les importa ni les preocupa salirse con la suya a costa de otros. La mentira patológica se presenta en determinados Trastornos Mentales, sirviendo de soporte para construir la autoestima de la persona cuya valía personal es baja y necesita inventar para obtener la simpatía y aceptación  de los demás sintiéndose importante y valorado. Está presente en Trastornos de Personalidad, Consumidores de Sustancias, Ludópatas, Bipolares etc.

Sin embargo cuando hablamos de mentiras, hay que tener en cuenta la trayectoria honesta que puede tener una persona a lo largo de su vida.  Basarse en la mayoría de las acciones de ésta y no sólo en las palabras. Recordemos que la verdad siempre sale a la luz, la honestidad, la sinceridad, tiene que ser reconocida y premiada. La verdad duele pero la mentira  daña. La mentira enferma, la verdad sana.

Prevención:

Una simple verdad podría resolver cualquier problema. En cualquier situación, tratemos de no mentir, mejor callar o decir la verdad siempre. Si ya hemos mentido, percibir cómo nos sentimos realmente y reflexionar para poder cambiar. No le sigas el juego al mentiroso, no lo encubras, confróntalo de forma calmada y tranquila, sin generar juicios y acércalo al especialista.

Para los depredadores: no juzgues, no critiques, ni seas ligero con los demás, ten en cuenta tus propios errores y limitaciones. En algún momento de nuestras vidas podemos cometer una tremenda falla. Observémonos a nosotros mismos y así nos daremos cuenta de que nadie es perfecto. Todos nos equivocamos y aunque no aprobemos algo, somos merecedores de respeto y tolerancia. Las personas felices no necesitan atacar a los demás.  El mentiroso queda marcado si no reconoce sus mentiras. La verdad nos hace libres siempre.