Microplásticos no conocen fronteras
La creación humana, la alta demanda y uso del plástico están ocasionando severos problemas al ambiente y también a los seres humanos. Investigaciones realizadas indican que los microplásticos han llegado a las montañas como los Pirineos.
Los investigadores de EcoLab de Francia afirman que estas partículas plásticas son llevadas por el viento y pueden recorrer miles de kilómetros hasta alcanzar por la lluvia en las montañas, nieve o valles y otros ambientes naturales. ¿Habrá llegado al Perú?
Las partículas de policloruro de vinilo (PVC), polipropileno, tereftalato de polietileno (PET) no conocen fronteras. Es posible encontrarlos no solo en superficies, sino hasta en los estómagos de aves y últimamente en los seres humanos.
Recientemente se han realizado estudios a diversas personas de países europeos y los autores de la investigación destacan la urgencia de determinar el impacto de estos materiales en la salud humana.
Un informe destaca que solo en 2015 se produjeron 322 millones de toneladas, según datos de la ONU. Más tarde o más temprano buena parte de ese plástico acaba en el medio ambiente, en particular en los mares donde se calcula que existen casi ocho millones de toneladas al año. Debido a su pequeño tamaño, el plancton microscópico podría confundirlas con comida.
Un informe de la FAO de 2016 recopiló los datos sobre presencia de microplásticos en la vida marina, encontrándose hasta 800 especies de moluscos, crustáceos y peces contaminados con plástico.
Aunque la gran mayoría de las partículas se queda en el aparato digestivo, existe el riesgo de ingestión de las micropartículas si uno come mariscos o peces más pequeños.
Incluso, un estudio publicado por Greenpeace mostró que, en Asia, la sal marina (para uso doméstico) contenía microplásticos.
Se conoce que, de los 335 millones de toneladas de plásticos elaborados en 2016, unos 60 millones se crearon en Europa. Ese mismo año, llegaron a las plantas de reciclaje y basureros 27.1 toneladas.
Investigadores de la Universidad Johns Hopkins (EE.UU.) publicaron recientemente sobre los microplásticos en el mar y sus posibles riesgos para la salud humana. Uno de los estudios sacó a la luz que los humanos pueden tragarse hasta 37 partículas de plástico al año procedentes de la sal.
La cantidad no parece alarmante y menos si acaba expulsada del cuerpo. Sin embargo, se conoce que quienes comen muchos mariscos podrían comerse hasta 11,000 partículas en un año. Los daños a la salud aún no son determinados. Al medio ambiente, ya se conocen.
PATTY ALTAMIRANO D.
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