Mucho floro y poco trabajo

El Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo de acuerdo a su Ley de Organización y Funciones, tiene competencia para formular las políticas en materias sociolaborales, salud y seguridad en el trabajo y todo lo que es materia de las relaciones de trabajo. Además, debe promover el empleo, que es uno de los aspectos cruciales en nuestro país, en que hay importantísimo déficit de oportunidades laborales e incremento de la informalidad, en que siendo muy creativa nuestra población ha paliado dicha dolorosa realidad con el llamado autoempleo, en que ciertamente el trabajador es un microempresario.

Es deplorable que siendo urgentísima la tarea de promover el empleo, desde el Ministerio citado se haga en la práctica todo lo contrario, pues parecería ser que la misión más apreciada por sus funcionarios, desde el ministro hasta el del último nivel, es proteger a la Superintendencia Nacional de Fiscalización Laboral (SUNAFIL), dedicada en los hechos a espantar a los empleadores, hacerles la vida lo más penosamente posible, aplicarles penalidades de multas irracionales y cuantiosas y, desmotivándolos para crear más puestos de trabajo.

SUNAFIL está adscrita al Ministerio de Trabajo y (des)Promoción del Empleo, y lejos de hacer una tarea amigable, en que se ilustre y asesore a los empleadores en las áreas de su competencia, es en realidad el cuco que les impone multas en lugar de ayudar al cumplimiento de la frondosa legislación laboral, que en buena cuenta es insoportable barrera burocrática. Hasta en la Policía de Tránsito se hace docencia y llamada de atención antes que aplicar sanciones, pero en SUNAFIL se regocijan siendo el ogro.

Si alguna tarea realiza el Sector Trabajo en la promoción del empleo, es auspiciar la contratación de más y más funcionarios en SUNAFIL para que le hagan la vida a cuadritos a los empleadores, lo que para acreditarlo basta revisar cotidianamente al diario oficial “El Peruano”.

Lo expuesto no es de ahorita, viene de larga data, pero ha fluido a mi memoria gracias a la lectura del Decreto Supremo N° 009-2023-TR publicado en la gaceta de normas legales el 10 de agosto del presente año.

En tal Decreto Supremo, seguramente después de romperse la cabeza, los funcionarios del Ministerio del Trabajo, en búsqueda de fórmulas para ampliar la demanda laboral se les ocurrió, bajo peligro de derrame cerebral, cambiar el nombre de algunos programas de dudosa eficiencia, que supuestamente tienen por finalidad la promoción del empleo.

Al Programa de Empleo Temporal “Lurawi Perú” se le llamará en el futuro “Llamkasun Perú. Al Programa para la Generación de Empleo Social Inclusivo” Trabaja Perú” se le denominará Programa de Empleo Temporal “Llamkasun Perú”.

También reestructura lo que fue el Programa “Perú Responsable”, que fue la transformación del Programa para la Generación de Empleo Social Inclusivo “Trabaja Perú”.

Si deseaban fusionar programas, pues válgame, Dios, pero estar cambiando nombrecitos es ociosidad digna de mejor causa, como dicen los entendidos.

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